"Son mucho más capaces de lo que pensamos, las familias se ponen una barrera que nosotros tratamos de quitar"
La Diputación de Bizkaia financia a ocho asociaciones con 2 millones de euros para desarrollar sus programas de ocio y tiempo libre destinados a personas con discapaciad física e intelectual. ¿Cómo ha cambiado el ocio y los respiros para las familias estos años de pandemia? Nos fijamos en el caso de APNABI
Bilbao
La Diputación Foral de Bizkaia ha destinado este año 1.927.000 euros a ocho programas de ocio y respiro, desarrollados por entidades del tercer sector del territorio, para las personas con discapacidad física e intelectual de Bizkaia y de sus familias.
APNABI Autismo Bizkaia es una organización que cuenta con 1.253 personas atendidas y 1.195 familias asociadas y que gestiona 324.000 euros. Es la segunda entidad que más recursos recibe de la Diputación, después de Gorabide, asociación que tramita 465.000 euros.
Emilio Arizaga, director de apoyo a familias de APNABI, lleva más de tres décadas en la organización y sabe que sin esas ayudas "sería muy complicado para las familias". "En los inicios de APNABI faltaban muchos recursos para poder hacer actividades que el resto de la sociedad puede hacer", dice Arizaga.
El año pasado tuvieron que reformular el programa, con destinos de proximidad para las estancias con pernoctación que este año mantienen (Lekeitio, Zarautz o Leioa). Además, idearon excursiones de día que han venido para quedarse, como los respiros y las colonias abiertas.
Rubén Bringas Risquete tiene 32 años, le diagnosticaron Trastorno del Espectro Autista (TEA) con 5 y hace 11 que acude a esta asociación. "Al principio era muy vergonzoso, pero ya hablo con mucha gente y me relaciono con todo el mundo", cuenta Rubén que, además, también trabaja en el centro ocupacional.
Rubén ha empezado a gestionar su propio tiempo libre y reside en una vivienda de APNABI donde hace una vide semindependiente, ya que Ainhoa, responsable de la vivienda, le ayuda en todo lo que necesita. La independencia que se le proporciona a las personas con TEA "depende de las capacidades que tienen", comenta Ainhoa. "Son mucho más capaces de lo que pensamos, muchas veces, por cosas que las familias han vivido, se ponen esa barrera que nosotros tratamos de quitar".
Anabel Dorado Morán es madre de un niño de 5 años que tiene autismo: "Cuando te dan el diagnóstico se te cae el mundo, pero lo cierto es que tenemos la suerte de vivir en una comunidad que tiene muchos recursos y en la que hay asociaciones de todo tipo".