En un lugar de la provincia de Albacete: Capítulo 6 - Campos de Hellín

La pasada semana conocimos el norte caminando por la comarca Mancha Júcar - Centro, esta semana y tras recorrer todos los bordes de la provincia culminamos nuestro viaje con la zona del sureste, fronteriza con la Región de Murcia, la comarca Campos de Hellín.

Campos de Hellín cuenta con más de 40.000 habitantes y una extensión de más de 1.300 km2. Los municipios que la componen son cinco: Hellín, Tobarra, Fuente Álamo, Ontur y Albatana.

Su origen prehístórico impronta en el patrimonio hallado, entre el que destaca el Cerro Fortaleza en Fuente Álamo, el Castellón en Albatana o el Tolmo de Minateda, yacimiento arqueológico ubicado en Hellín.

Formas de vida

Una comarca se define como un territorio aunado por unas características físicas o culturales, es por ello que para conocerla a la perfección es preciso hablar de las formas de vida que caracterizan a la zona. La agricultura es la economía básica de las pedanías que pertenecen a Hellín, en el secano destacan los cultivos de olivo, almendro y viñedo, en la zona norte. El regadío se da en las vegas de los ríos Mundo y Segura. Hay una gran variedad de hortalizas y frutales entre los que predomina el albaricoquero.

En lo que respecta a las aguas, ríos, embalses y acuíferos dominan el territorio. Los ríos Segura y Mundo, que son los más importantes de la cuenca del Segura, atraviesan el sur de la comarca en dirección este-oeste. De interés turístico son los pantanos del Cenajo y Camarillas, que regulan todas estas aguas a su paso. Estos conforman un zona rodeada de montañas donde la panorámica crea un paisaje de riqueza geológica . En Campos de Hellín las llanuras se mezclan con las zonas de montaña.

Hellín

Hellín es el municipio con más población de la comarca y se compone de los municipios de Agra, Agramón, Cancarix, Cañada de Agra, Isso, Las Minas, Minateda, La Horca, Mingogil, Nava de la Campana, Torre Uchea y Rincón del Moro. El mayor atractactivo lo tiene su Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional, en ella se mezcla el repiqueteo de los tambores y la pasión con la que las cofradías viven esta festividad. Los colores contrastan con los del resto de zonas que también esperan la tamborrada cada año, en este caso son túnicas negras y  pañuelos rojos los que dibujan la perspectiva de la ciudad en esta época del año. Templos como el Santuario de Nuestra Señora del Rosario, en honor a la patrona, son dignos de ver. Este en concreto fue construido sobre la antigua mezquita de la ciudad, ya que era de origen árabe, y ha sido eclarado Bien de Interés Cultural. En las iglesias de la ciudad se pueden ver las imágenes que sacan a pasear por las calles, la mayoría de ellas obra del escultor barroco Francisco Salzillo.

Tobarra

es el segundo pueblo Hellín más poblado de la comarca . De origen islámico, este municipio está rodeado por una fértil huerta en el que predomina el cultivo de frutales. Cuenta con un patrimonio artístico de gran valor, que podemos apreciar en la Iglesia de la Asunción, reconstrucción del original que sufrió muchos daños al venirse abajo la torre de la iglesia en el siglo XX, y la Ermita de la Encarnación y del Cristo de la Antigua. Ambas localizaciones declaradas Bien de Interés Cultural. Uno de los elementos más famosos y atractivos de Tobarra es su tamborrada. Esta Fiesta de Interés Turístico Nacional consiste en 105 horas de tambores sonando desde las tres de la tarde del Miércoles Santo hasta las 12 de la noche del Domingo de Resurrección. Es en Tobarra donde se encuentra, también, el primer Museo del Tambor del mundo, con más de 50 piezas de todo el mundo.

En Ontur está el Aeródromo, Centro Regional de los Deportes Aéreos. Ahí se puede practicar paracaidismo desde hasta 4000 metros de altura. La cultura de Albatana, por su parte, gira entorno al vino, la cual se desarrolla en cooperativas y bodegas. Dentro del término y en el paraje conocido como Molino de Arriba se puede ver un acueducto romano, donde hay también un molino de agua. Por último Fuente Álamo, notorio también por la elaboración de vinos de alta calidad.

Gastronomía

Dentro de la cocina típica local, la comarca de Campos de Hellín ofrece una experiencia variada desde lo salado a lo dulce. El mojete, el zarangollo, el arroz con conejo y caracoles o el atascaburras son algunos de los platos más típicos. En cuanto a postres, destacan los panecicos dulces, muy típicos de la zona, sobre todo en la época de Semana Santa, pero disponibles todo el año. Además, en Campos de Hellín hay una importante industria alimentaria que permite a los visitantes conseguir productos como embutidos, quesos, bollería variada o caramelos en las propias fábricas.

En este punto finaliza nuestro viaje, de nuevo una demarcación marcada por una gastronomía propia, pero que combina con la del resto de comarcas, al igual que los paisajes y las formas de vida. Todas ellas características de un Albacete cuyas llanuras y campos han sido fuente de inspiración para referentes del arte como Benjamín Palencia o el mismísimo Miguel de Cervantes, que bajo su conocido "En un lugar de la Mancha..." marcó un antes y un después en la historia de la provincia.