El autoconsumo de energía solar despunta en Euskadi
La derogación del 'impuesto al sol' y la continua escalada del precio de la electricidad hacen cada vez más rentables estas instalaciones
Bilbao
Fueron años de "legislación hostil" en los que el sector estuvo prácticamente parado, recuerda el delegado en Euskadi de la UNEF (Unión Española Fotovoltaica), ahora está recuperando el dinamismo. Fue un primer impulso. "Las empresas instaladoras estamos teniendo un aumento muy grande de actividad y de proyectos. La facturación ha aumentado cerca de un 70% el último año", explica Jose Ignacio Mendoza, responsable a su vez de la compañía Ekisolar en Vitoria. Las expectativas para los próximos meses se mantienen en esta línea.
La continua escalada del precio de la electricidad, que con la última ola de calor ha estado en máximos históricos, contribuye a equilibrar los costes entre enchufarse a la red general u optar por el autoconsumo. "Vemos que la línea de los costes y la de la rentabilidad se han ido acercando, y en una situación más normalizada -al margen de las olas de calor- siguen saliendo las cuentas (para quienes abogan por el autoconsumo)", apunta Mendoza.
Es la administración pública la que está traccionando el sector, de manera más tímida la industria y en un nivel inferior están las comunidades de vecinos que "van muy, muy lento", por las trabas burocráticas. El éxito está en que la tramitación sea lo más ágil posible y Euskadi, como otras comunidades autónomas, todavía exige una licencia de obras para el autoconsumo. Es una barrera más para su desarrollo.
Como complemento, se están promoviendo cooperativas de consumidores. Fruto de la colaración entre el EVE y el grupo Mondragon ha echado a andar Ekiola, un proyecto que tiene como objetivo construir pequeños parques solares gestionados por los propios socios, que obtienen de ahí el cien por cien de la energía en un modelo distribuido. "Pretende dar solución a las comunidades de vecinos que no tienen posibilidad de instalar las placas en las cubiertas, porque están mal orientadas, o carecen de superficie suficiente", explica su directora, Amagoia Barandiaran.
Se han constituido nueve grupos: uno por cada cuadrilla de Araba (excepto Vitoria) y tres en Gipuzkoa, donde se siguen sondeando las mancomunidades. También en Bizkaia se han tanteado las comarcas de Lea Artibai y Arratia. Barandiaran explica que un estudio previo define la potencia que cada vivienda necesita, en función de los consumos de los últimos tres años, se asignan las placas y en base a todo, la inversión necesaria. "Uno de los principios básicos es que cada socio solo se puede vincular en proporción suficiente a la energía que consume durante un ejercicio porque no es un proyecto especulativo, tratamos de dar respuesta a un problema existente", zanja Barandiaran.