El montañero José Antonio García: "Gritamos y gritamos hasta que alguien nos escuchó, eso nos salvó la vida"
Los montañeros cántabros atrapados en un risco en Picos de Europa temieron por su vida tras dos noches de un frio insoportable
El montañero Jose Antonio García cuenta como fueron los tres días que permaneció en un risco de Picos de Europa, junto a Ramón González (18/08/21)
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Santander
Tres largos días permanecieron atrapados Ramón González y José Antonio García en un risco en la parte asturiana de los Picos de Europa, rodeados por un precipicio en el que no podían ni bajar, ni subir, dado que para ello es necesario cuerdas y material de escalada.
La primera fatalidad fue la niebla que hizo que equivocarán el sentido de su ruta, la segunda, el hecho de que en el Refugio de Jou de los Cabrones creyeron haberles visto y así se lo dijeron a la Guardia Civil lo que condiciono el lugar de la búsqueda.
A ello se sumó que se les agotaron los vivieres y el agua, a pesar de que algo de agua caía en la zona en la que estaban y así pudieron subsistir. Pero los ánimos también flaqueaban, además de las fuerzas. “La primera noche fua mala, pero la segunda fue terrible”, cuenta José Antonio García.
“Desde las siete de la tarde no pensábamos en otra cosa, en lo mal que lo íbamos a pasar, teníamos que bailar para no perder la temperatura corporal y no podíamos dormir por miedo a sufrir hipotermia. El espacio era muy reducido y podíamos resbalar en cualquier momento, caían piedras y las horas pasaban lentamente”.
Al principio los ánimos estaban intactos, sabían que sus familiares avisarían al no verlos regresar y al día siguiente de su perdida pudieron ver al Helicóptero de Zona (UHEL) de Asturias y más tarde al del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA).
Pero ellos veían a los helicópteros, pero desde su interior era realmente complicado verlos, sobre todo, teniendo en cuenta que la búsqueda se centraba en otra zona. La desesperación se apoderó de ambos montañeros, una vez que tomaron consciencia que ya no se les buscaba por la zona en la que se encontraban.
Por eso José Antonio García cuenta que a las siete de la mañana del martes y dado que sus móviles no tenían cobertura, comenzaron a hacer sonar sus silbatos y a gritar a todo volumen, así durante horas, hasta que afortunadamente, alguien pudo escucharlos y avisar a la Guardia Civil.
A mediodía de este martes, José Antonio García vio un helicóptero acercarse de frente hacia la repisa de dos metros en la que se encontraba. Era la primera vez que venían realizar un recorrido tan a derecho, hacia el lugar en el que se encontraban. Por fin, la Guardia Civil les habían localizado.
Estallaron de alegría, nunca olvidarán ese momento en el que supieron que todo su sufrimiento iba a acabar. Un guardia civil descendió hasta el lugar en el que se encontraban y esperaron a que otro helicóptero, en este caso del 112 regresara a la zona para rescatarles ayudado por una grúa.
García recuerda que cuando se dieron cuenta de que se habían equivocado de camino decidieron seguir adelante en lugar de intentar regresar sobre sus pasos, pero acabaron atrapados en una pequeña plataforma que daba a una cornisa con unos 15 metros de caída. Entonces tuvieron que tomar una elección difícil, pero segura: se quedarían ahí hasta que alguien los encontrase.
Cree que fue la decisión correcta y que sin material adecuado seguir adelante hubiera sido muy arriesgado. Ambos se encuentran en perfecto estado y eternamente agradecidos a los equipos de rescate, a todos los amigos de la montaña que salieron a buscarlos y especialmente a quien dio la voz de alarma tras escuchar sus gritos y que fue determinante en que todo acabara bien.
Lo corrobora Pablo Villabrille, jefe del Servicio de Montaña de la Guardia Civil (GREIM) con sede en Cangas de Onís que nos ha explicado que, dado que creían que habían pasado el refugio de Jou de los Cabrones, la búsqueda se centró en los tramos siguientes del recorrido que habían previsto.
Villabrille destaca que estos dos montañeros son expertos y que lo ocurrido ha sido motivado por la climatología de la montaña que es muy cambiante ya que la niebla puede cubrirlo todo en dos minutos. Aún así, recuerda que crecen los rescates en la montaña dado que hay gente que, sin experiencia, forma física y a veces, sin el material adecuado se adentra en la montaña.