La UBU y Sacyl solicitan la patente para un método que mejora la precisión de las PCR
Burgos
La Universidad de Burgos y el Sacyl están a la espera de respuesta a su solicitud de registro de patente para un nuevo fármaco que unido a las pruebas PCR aumenta su precisión para detectar si la positividad de un paciente se corresponde con su capacidad para contagiar o solo tiene rastros de coronavirus que ya no son infecciosos.
El grupo de investigación de Microbiología ‘Una Salud’, del Centro de Patógenos Emergentes y Salud Global de la Universidad de Burgos, en colaboración con el Complejo Asistencial Universitario de León (CAULE), ha desarrollado este método probándolo con todos los tipos de PCR que se utilizan en Castilla y León y lo han validado en muestras de coronavirus de más de cuatrocientos pacientes.
David Rodríguez Lázaro, investigador de la UBU que ha dirigido el proyecto asegura que se trata de un método “rápido, sencillo y económico”, ya que solo es necesario añadirlo a las PCR veinte minutos antes de realizar la prueba y su coste sería de 0,3 euros por test.
Recuerda que las pruebas PCR amplifican y detectan el ARN vírico, pero no distinguen entre partículas víricas íntegras, capaces de transmitir la enfermedad a otras personas, y partículas víricas dañadas, que ya no son infecciosas.
De hecho, estudios recientes apuntan a que el ARN del virus puede continuar en la sangre semanas después de la detección de anticuerpos específicos para el virus en la sangre, aunque en muchos casos ya no se puede contagiar.
Este nuevo fármaco podría empezar a generalizarse en unos meses, una vez que esté lista la patente, dado que, según Rodríguez Lázaro, ya hay empresas interesadas en su fabricación y solo están pendientes de contar con la patente.
Este proyecto de investigación ha sido financiado por la Gerencia Regional de Salud de la Junta de Castilla y León y Sacyl ya ha expresado, según el director del estudio, en utilizar este añadido a la PCR para casos dudosos, en los que la positividad se siga produciendo más tiempo de lo que se estima que puede durar la infección.
Rodríguez Lázaro apunta que puede ser “muy útil” a nivel asistencial para ayudar a tomar decisiones en situaciones en la que los resultados son dudosos y determinar si se trata realmente de pacientes con la presencia de virus infecciosos.
También repercutirá en la reducción de costes en el sistema regional de salud, al ayudar a reducir el tiempo de estancia hospitalaria, aislamiento en el hogar y pérdidas de horas de trabajo, así como la reincorporación de personal sanitario de una manera más segura, rápida y efectiva.