El Valencia quiere ejecutar la opción de compra por Mamardashvili y elevar su cláusula de rescisión
Según ha podido saber la Cadena SER, el Fuenlabrada negoció su fichaje pero se decantó por Diego Altube y el guardameta georgiano acabó cedido en el Mestalla por 50.000 euros para jugar en Tercera RFEF
Valencia
De Tiflis a Mestalla pasando por Fuenlabrada. La historia del fichaje de Giorgi Mamardashvili por el Valencia CF tiene todos los ingredientes para que cualquier plataforma de streaming empiece a escribir el guion de una serie que será un pelotazo dentro unos años.
Es un milagro que en el mundo del Big Data se haya descontrolado el algoritmo de un guardameta de dos metros de estatura y que ha estado en la bandeja de entrada de varios directores deportivos de Primera y Segunda división, para terminar firmando a martillazos y por 50.000 euros con el filial valencianista que milita en la quinta categoría del fútbol nacional.
Mamardashvili es un joven portero georgiano, que pertenece al Dinamo de Tiflis y que decidió salir de su país persiguiendo el sueño de llegar a una liga competitiva de Europa para demostrar con el paso de los años que estaba preparado para dar el salto a un club de máximo nivel.
Ese enorme trayecto, inalcanzable para la mayoría, Giorgi lo ha recorrido en dos meses como consecuencia de múltiples y sorprendentes carambolas que le permitieron mostrarse al mundo el día de su debut en Mestalla ante el Milan.
Las magníficas sensaciones que dejó en el Trofeo Naranja las amplificó en la primera jornada frente al Getafe, las repitió el sábado en Granada y ahora muchos se preguntan de dónde ha salido ese gigante, mientras otros se pegan cabezazos por no haberlo fichado.
La historia arrancó en abril de 2021 cuando sus agentes ofrecieron a algunas direcciones deportivas del futbol español la posibilidad de traer cedido a un portero de 20 años y que ya había llamado la atención del Granada tras defender la portería del Locomotive Tiflis en la ronda previa de la Europa League. Hace un año su valor de mercado no superaba los 250.000 euros pero su excelente actuación en Los Cármenes fue invisible para los parabólicos que podían contratarlo.
¡Déjame que lo mire!, ¡Ya os digo algo!, ¡Estoy excedido de Fair Play!, eran algunas de las respuestas extraídas del manual de excusas o como en el caso del Levante el alegato fue ocupacional porque las tres plazas de portero ya estaban y siguen estando en manos de Aitor Fernández, Dani Cárdenas y Koke Vegas.
Hubo que bajar un escalón y llamar a muchas puertas de Segunda división. Los pretextos fueron una réplica de los recibidos por las secretarias técnicas de Primera excepto para la del Fuenlabrada. El club madrileño analizó profundamente al jugador, lo valoró y respondió afirmativamente. Mamardashvili formaba parte de la terna de porteros con los que el ‘Fuenla’ se puso a negociar para sustituir a Pol Freixanet.
La opción real de jugar en la Liga Smartbank, en un punto estratégico para scoutings que llegan a la capital, en un escaparate idóneo a nivel deportivo y con una proyección económica en la que todos los actores de esta operación ganarían mucho dinero estaba a punto de firmarse pero el Fuenlabrada se decantó por Diego Altube, cedido por el Real Madrid.
El sueño de jugar en España se desvanecía para Giorgi y la hoja de ruta viraba hacia otros mercados. Fue en ese momento de incertidumbre cuando el director de cantera del Valencia, Marco Otero les transmitió con insistencia la posibilidad de firmar a préstamo y jugar en Tercera división RFEF. Es lo máximo que le podía ofrecer y sin garantías de que sus jefes aceptasen pagar 50.000 euros por la cesión de un portero tras haber renovado a Cristian Rivero hasta 2024.
Tras varios días de análisis interno en el seno del club y en mitad de las conversaciones con el Getafe para obtener la desvinculación de José Bordalás, el presidente Anil Murthy y Miguel Ángel Corona autorizaron el fichaje de Mamardashvili, al que se le dijo sin tapujos que probablemente lo más cerca que estaría de Cillessen, Jaume y un renovado Rivero, sería cuando el filial entrenase en el campo contiguo de la Ciudad Deportiva de Paterna y que la última palabra para formar parte del grupo de canteranos que viajarían a la pretemporada la tendría el nuevo entrenador. No le prometían nada.
Mamardashvili aceptó el reto, se plantó en Oliva como cuarto portero y con escasas opciones de participación en los amistosos, hasta que el 19 de julio Jaume sufrió un problema en el menisco de la rodilla derecha, tres días más tarde Jasper Cillessen, que fue titular ante el Villarreal, dejaba de entrenar con el grupo por molestias en los gemelos y Cristian Rivero fue el elegido para jugar el segundo encuentro ante el Atromitos.
‘Mama’, como le llaman desde su irrupción en el Dinamo Academy de Tiflis, aguardaba su turno en el más absoluto de los anonimatos. Tras dos semanas de una exigente pretemporada, los técnicos y sus propios compañeros flipaban con el nivel del georgiano.
El 27 de julio José Bordalás le dijo que se tenía que poner los guantes ante el Cartagena y así empezó a escribir una historia que le ha llevado a debutar en LaLiga, a repetir en el once que jugó en Granada y preparándose para Willy Sagnol, seleccionador de Georgia, le dé la titularidad ante Kosovo, España y Bulgaria en los partidos clasificatorios para el Mundial de Qatar.
Según ha podido saber la Cadena SER, el Valencia quiere ejecutar en las próximas semanas la opción de compra de Mamardashvili, cifrada en 800.000 euros, para intentar renegociar las condiciones del contrato que le uniría dentro de diez meses por cuatro temporadas y con el único objetivo de elevar la cláusula de rescisión que es de tan solo 15 millones de euros. ‘Mama’, el gigante de Tiflis se ha comido el tiempo.
José Manuel Alemán
Redactor de Deportes en Radio Valencia