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Javier Aldea: "El diferente comportamiento de la provincia de Burgos en la pandemia dará para muchos estudios"

El comandante de la Unidad de Vigilencia Epidemiológica explica en la SER cómo ha sido y sigue siendo el trabajo de los rastradores militares en Castilla y León

Los rastreadores trabajan de continuo en favor de los ciudadanos / Imagen facilitada

Aranda de Duero

Son uno de esos colectivos que quizás no han tenido toda la visibilidad que habrían merecido. Pero respondieron, y siguen respondiendo con creces, a las llamadas que recibieron alertando de su colaboración. Son militares, pero también rastreadores, quienes se han encargado de vigilar, detectar los contagios, sus vías, sus contactos, los que podían originar focos de contagios de un virus que parece haber estado jugando al ratón y al gato con nosotros. No ha sido fácil. Aquí juega el factor humano y el virus ha tendido a esconderse mucho. Nos jugábamos muchas veces ponerle freno. Pero, ¿cómo se ha hecho ese trabajo? Lo hemos conocido con rastradores militares de la comunidad, en concreto de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica que lidera el comandante Javier Aldea.

"El 9 de septiembre la UME empezó con el apoyo, y el 25 hicimos el relevo con ellos. Nosotros en toda Castilla y León hemos rastrado unos 210.000 casos positivos, de ellos se han derivado 250.000 contactos estrechos, 7.000 casos índice y habremos realizado para ello unas 800.000 llamadas. Hemos ido variando el número de gente que rastreaba para aponerlo acorde. Ahora tenemos 240 disponibles y en funcionamiento 220, y hemos llegado a tener 500 rastradores", revela.

Ante una transmisión diferente en unos casos y otros, ¿cómo es posible detectar cuál es el contagio y el contagiado? "No lo sabemos del todo, pero esa gente que se rastreaba que no se iba a 48 horas sino 7 días atrás localizábamos un 10% de gente positiva, que ya fuera contagiado o contagiador era otro que quitábamos de la vía pública y podía haber creado más contagios. Realizar ese cálculo sería complicado. El rastreo lo que busca son las personas que han tenido contacto con el caso positivo desde las últimas 48 horas desde que ha dado positivo o tiene síntomas. Se buscan a esas personas con las que ha tenido contacto para poder cortar, y en el retrorastreo intentamos averiguar quién ha podido contagiar a esa persona, la raíz de todo", explica el comandante.

Ejército de Tierra / Cadena SER

Aldea, que dice que los rastreos han sido efectivos pese a tener incidencias altas, cuenta que los rastreadores "tienen mucha experiencia, ya saben mejor cómo expresarse, depende de la actitud de cada uno ya sabe cómo orientar la conversación". "Al principio había mucha desinformación, había gente con la que había que recorrer las últimas horas para que te diera todos los contactos, y el procedimiento se ha ido variando y adaptado a las circunstancias. La empatía es algo fundamental. Hay gente mayor que no tiene nada, gente que trabaja por cuenta propia que ponerle en cuarentena tiene consecuencia directa en su bolsillo... y hay que ponerse en su lugar", añade.

En cuanto a las distintas maneras de transmisión o focos en los que se daban los contactos, ¿ha habido diferencias en las olas? "La principal forma de contagio siempre ha sido familiar. La segunda sí que puede ser que haya ido variando. Igual que al principio era sociosanitaria ahora pueden ser las situaciones más sociales", expresa el comandante. 

Por último, Aldea revela que la provincia de Burgos ha sido cuanto menos singular a lo largo de toda la pandemia en lo referente a los contagios. "Del área sanitaria de Burgos hemos rastreado más de 40.000 casos positivos, una quinta parte de la comunidad. Es el área más grande, pero sí es cierto que los datos en el futuro darán para muchos estudios para ver cuál es el motivo de que su evolución haya sido diferente; nosotros realizamos los rastreos y no nos paramos a pensar si es la manera de ser, si es por que es una provincia más permeable con Euskadi y Cantabria... Pero se podrían realizar muchos estudios al respecto. Siempre ha habido muchos más casos y las olas empezaban más tarde que en el resto. Empezaban en la zona de Valladolid, o cerca de Madrid, en esta ultima empezó en zonas más universitarias y Burgos iba retrasado, no iniciaba ola pero luego la cogía con más fuerza", concluye.

Esta interesante charla puede reproducirse en el siguiente audio.

Javier Aldea: "El diferente comportamiento de la provincia de Burgos en la pandemia dará para muchos estudios"

16:55

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