El Ayuntamiento de Madrid retira del callejero el nombre de la maestra zamorana Justa Freire

Zamora

 Justa Freire, maestra republicana nacida en Moraleja del Vino, ha perdido el nombre que el Ayuntamiento de Madrid le otorgó a una de sus calles en 2018, en el barrio de La Latina, en sustitición del general Millán Astray.

 Tres años después, vuelve a su antigua denominación, que había sido revocada por el Consistorio que presidía entonces Manuela Carmena, en virtud de la Ley de la Memoria Histórica, que obliga a las administraciones públicas a "retirar las placas y todas las menciones conmemorativas de la sublevación militar, la Guerra Civil o la represión de la dictadura"

 La decisión del equipo de Carmena fue recurrida ante la justicia y el recurso finalmente ha sido aceptado por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, justificándolo en que el reconocimiento a Millán Astray "se debía a su papel en la guerra de Filipinas y a su carácter de fundador de la Legión". Pesó más que su condición de militar adicto a la sublevación franquista del 36, y a ser posteriormente Procurador en las Cortes de 1943 a 1954.

 Ayer mismo, el PSOE hizo una propuesta ante el pleno del Ayuntamiento para conservar el nombre de su calle y los de Memorial 11 de marzo de 2004 y Avenida Institución Libre de Enseñanza. Fue rechazada con los votos en contra de Partido Popular, Vox y Ciudadanos, por lo que las tres calles han recuperado sus nombres anteriores: Millán Astray, Caídos de la División Azul y Hermanos García Noblejas.

 Justa Freire nació en 1896 en Moraleja del Vino (Zamora) desplazándose en 1921 a Madrid, donde obtuvo plaza en el Grupo Escolar Cervantes, un centro vinculado a la Institución Libre de Enseñanza.

 Justa se encargó, entre otras cosas, de la formación de los maestros. A principios de los treinta continuó con esa labor en distintos centros. En esa época colaboró también como maestra con las Misiones Pedagógicas, el proyecto de escuela ambulante del gobierno republicano que llegó a cerca de 7.000 pueblos y aldeas gracias a la participación de intelectuales como María Zambrano, Luis Cernuda, Ramón Gaya, María Moliner o Maruja Mallo.

 Durante la Guerra Civil, Justa Freire fue evacuada, junto a los niños de su centro, a Valencia, donde el Gobierno le encargó que colaborara en la creación de las Comunidades Familiares de Educación.

 Tras el fin de la guerra fue condenada a seis años de prisión por el régimen franquista. Pasó dos años en la Cárcel de Mujeres de Ventas.

 En 1952 solicitó que se le permitiera reingresar en el cuerpo de maestros nacionales. Al año siguiente recuperó su plaza, pero perdió su antigüedad, todos los derechos previos y recibió la prohibición expresa de ejercer en Madrid. En 1954 se trasladó a ejercer en Manresa.

 Murió en Madrid, en 1965, a los 69 años de edad.