El nuevo protocolo en las residencias gipuzkoanas abre otro conflicto más entre Diputación y trabajadores

San Sebastián

El acuerdo para un nuevo protocolo en residencias abre un nuevo capítulo más a la 'guerra' abierta entre Diputación y trabajadores en los últimos años, acentuada desde la llegada de la pandemia. El pacto entre las tres diputaciones y el Gobierno vasco para tener un protocolo común en las residencias —modificado posteriormente por Araba, que hará más pruebas cuando la incidencia supere los 300 casos por 100.000 habitantes en el territorio— ha provocado discrepancias entre la Diputación de Gipuzkoa y los trabajadores pese a que se parte de una premisa común: el nuevo protocolo es bueno.

Ambos sectores valoran positivamente las pruebas diagnósticas para los empleados. De hecho, preguntada por la SER sobre si sería conveniente hacer más pruebas como en Araba, la portavoz foral, Eider Mendoza, ha explicado que el protocolo actual "es suficiente" y ha dicho que la Diputación está "satisfecha" con la hoja de ruta pactada con Osakidetza.

Tanto es así que en el seno del gobierno liderado por Markel Olano consideran que no es un problema el hecho de que las pruebas no sean obligatorias. "Ni siquiera hemos planteado la obligatoriedad de las pruebas. Nunca hemos tenido ningún problema en relación a las pruebas a empleados en centros residenciales. Desde julio de 2020 se han realizado más de 120.000 tests y nunca ha sido un problema".

Las trabajadoras de residencias, consultadas en 'Hoy por Hoy Gipuzkoa' también han coincidido en valorar positivamente el protocolo de los geriátricos. Sin embargo, desde este sector —donde hay una huelga y una negociación de un convenio nuevo que lleva tres años de lucha—, piden que se cumpla el protocolo actual, ya que denuncian que los empleados vacunados llevan "meses" sin someterse a ninguna prueba diagnóstica.

Feli Velázquez, trabajadora en la residencia Sanmarkosene de Errenteria, iba a más y ha dicho en los micrófonos de la Cadena SER en Gipuzkoa que hay residencias donde no se han realizado pruebas diagnósticas. "Si un contacto estrecho —familiar o trabajador— de un residente ha dado positivo se le ha hecho prueba al residente. Pero cuando esos residentes han dado positivo no se han hecho tests al resto de trabajadores o de residentes", sentenciaba.

Las trabajadoras de la red foral insisten en la sobrecarga que llevan soportando en estos últimos meses y se han mostrado contrarias a la recomendación que hizo el Ministerio de Sanidad de desplazar a los trabajadores no vacunados, ya que eso implicaría más carga de trabajo para quienes sí tienen sus dosis contra la COVID-19. Algo que haría todavía más difícil las cosas en unos geriátricos donde, según las empleadas, no se cumplen las ratios de empleados por trabajador.