Liberalización de la AP-2: en septiembre y con asignaturas pendientes
Aunque se espera que la medida frene el goteo de muertes de la N-II, TRADIME y Stop Accidentes advierten que aún quedan tareas por hacer. El lado menos positivo es para los ayuntamientos de los pueblos por los que transcurre la AP-2, que dejarán de recibir 2 millones de euros en concepto de IBI
Zaragoza
Este miércoles, la autopista AP-2 se libera de peaje y pasa a ser gratuita. Son 102 kilómetros en Aragón y se estima que supondrá un ahorro a los conductores de 90 millones de euros anuales. La gratuidad de la vía también hará que el número de vehículos pesados diarios que la utilicen, pase de 3.000 a más de 10.000, ya que la mayor parte de los conductores sustituirá la N-II por la autopista.
Esta carretera nacional es conocida por su siniestralidad: en los últimos 6 años, 25 personas han perdido la vida. "No nos olvidemos de que esta carretera la tienen que desdoblar, porque es una vía con mucha siniestralidad", ha recordado Miguel Bernal, delegado de la asociación.
TRADIME, la asociación de transportistas, también lleva tiempo pidiendo una remodelación de la carretera, algo que no olvidan con la liberación de la AP-2. "Tenemos que contar que hay mucho tráfico interno que tendrá que seguir usando la antigua N-II. Por eso reivindicamos que se arregle el firme y los accesos, de forma que sean más eficientes y, sobre todo, más seguros", recalca José Antonio Moliner, su presidente.
Y, aunque ambas asociaciones aplauden la retirada de los peajes, coinciden también en que el problema está en las áreas de descanso de la AP-2. "No hay plazas de aparcamiento para todos los vechículos: desde Alfajarín hasta Lérida son 180", recuerda Moliner. Una cifra que se queda corta si se compara con los 10.000 camiones que se estiman que recorran la autopista a diario.
Retirar las playas de peajes
Otro problema son los puestos físicos de peaje, que no serán elilminados de la calzada. Ambas asociaciones han reiterado el peligro de que se provoquen 'cuellos de botella' en los tramos donde están colocados. "Es 1 de septiembre: ida y vuelta de vacaciones. No es que se vaya a montar un cataclismo, pero sí habrá mucha confusión", advierte Moliner.
Otro punto de vista es el de los ayuntamientos de los pueblos transversales a la AP-2, los 11 municipios por los que discurre la vía dejarán de recibir los 2 millones que percibían en concepto de IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles). En el caso de La Almolda, una de estas localidades, los 300.000€ que cobraba suponían el 30% del presupuesto anual.
Además de esta reducción en las cuentas, los pueblos también van a tener que enfrentar la pérdida de puestos de trabajo relacionados con la AP-2. El fin de la concesión de la autopista a la empresa Abertis, que es el detonante de la liberación, ha provocado que muchos empleos queden en el aire. "En una población de 600 habitantes, si siete familias viven de esto y hay incertidumbre con estos puestos... pues veremos a ver".