La comisión de ética pública del Govern considera que la vacunación de altos cargos incumple el Código Ético
Considera además que deben depurarse "responsabilidades políticas" e incluso "si legalmente es posible" imponer sanciones
Palma
La comisión de ética pública del Govern considera que los altos cargos que se vacunaron a finales del año pasado, el primer día en el que llegaron las primeras dosis a las Islas, vulneraron el código ético. En su resolución emitida al respecto considera, además, que deben depurarse responsabilidades políticas.
Son 11 folios en los que argumenta su posicionamiento asegurando que "queda claro que la vacunación de cualquier persona que no pertenece a los grupos señalados debe considerarse un incumplimiento de la estrategia de vacunación". También añade que sobre estas personas deben aplicarse, si legalmente es posible, sanciones o pedir responsabilidades políticas.
Entre los altos cargos que se vacunaron el primer día en el que llegaron las dosis estaban el coordinador de la campaña de vacunación, Carlos Villafáfila, la directora insular de Mayores del Consell de Mallorca, Sofía Alonso o la subdirectora de Atención a la Cronicidad, Angélica Miguélez, entre otros.
En todo caso, la Comisión dice que no puede concretar más porque en la consulta que se le hace no se especifican los nombres de los altos cargos vacunados
Este organismo dice que cualquier persona que se haya vacunado cuando no le correspondía estaría llevando a cabo una conducta "muy poco ética ya que se estaría privando a una persona vulnerable o a un sanitario de una dosis que podría resultar vital para su supervivencia". Añade que si, además, esta persona que se ha vacunado cuando no le tocaba ha firmado el Código Ético "estaría incumpliendo claramente su compromiso de actuar con integridad".
En sus conclusiones, la comisión de ética también recoge uno de los argumentos utilizados por el Govern para defender esa vacunación que era la de que o se vacunaba a los altos cargos las dosis debían desperdiciarse. Dice este organismo que "cualquier imprevisto en la planificación puede acabar en la necesidad de decidir si se desperdicia una dosis o se aprovecha vacunando a una persona que no estaba prevista". En este caso, la comisión de ética aconseja no desaprovechar ninguna dosis pero insiste en que eso significa incumplir la estrategia de vacunación.
En su resolución emitida al respecto, explica que incluso en "otro contexto como el actual, donde ya no existen problemas de suministro" debería considerarse también una falta de ética no aceptar recibir la dosis.