Toxicidad fuera
La firma de Roberto Gómez
Jerez de la Frontera
El fútbol en las gradas es pura emoción. Risas, gritos, lágrimas, abrazos, irracionalidad… Pero tras varios años cubriendo in situ las categorías más bajas del fútbol semi profesional. puedo asegurar que, en más de una ocasión, lo que he visto me ha dado miedo. Podría considerarse un hecho aislado, pero teniendo en cuenta los antecedentes en la ciudad en los últimos años creo que el tema merece una reflexión un poquito más profunda, que es lo que me dispongo a hacer en estas líneas.
He visto a aficionados trepar una valla para escupir a futbolistas del equipo rival, lanzar todo tipo de objetos desde la grada, a equipos y árbitros salir escoltados de un estadio… Y la realidad es que, en la práctica, nunca pasa nada. Comunicado condenando la violencia y a funcionar.
Al igual que escribo esto, también creo que es digno de comentar el hecho de que existen jugadores a los que, hablando en plata, les va el mambo. También he visto gestos hacia la grada, palabras o celebraciones perfectamente evitables que lo único que hacían era favorecer más ese ambiente. Pero, ¿quién puede culpar de eso a chavales que salen al campo a jugar un partido de fútbol y, ya desde el calentamiento, se encuentran situaciones absolutamente lamentables?
El pasado domingo, en el debut liguero del Xerez CD, un aficionado saltó al terreno de juego para agredir a un futbolista en la celebración del empate de la UD Los Barrios. Algo que, desgraciadamente, no es la primera vez que vemos, pues ya pasó en febrero de 2019 en Écija. El propio Lolo Garrido denunciaba en sus redes sociales hace unos meses, tras el último partido de la temporada pasada, que le habían lanzado una silla que casi alcanzó a dar a una niña pequeña. En su propio estadio, con sus propios aficionados. ¿Hasta dónde vamos a llegar?
Pero aquí no se libra nadie. Hace poco más de un mes de los graves altercados de aficionados del Xerez DFC y del Sevilla con la Policía Nacional durante la celebración de un partido amistoso de pretemporada. Cabe recordar también que en 2017 el club se vio obligado a emitir un comunicado después de recibir varias sanciones económicas de la RFAF y el aviso de la pérdida de puntos en la clasificación si se seguían repitiendo ese tipo de incidentes.
Desde que Xerez CD y Xerez DFC compartieran por primera vez categoría en la temporada 16-17 el ambiente futbolístico en la ciudad se ha ido enrareciendo a pasos agigantados. Algunos podrán pensar que forma parte del juego y sí, en parte puedo estar de acuerdo, pero hay líneas rojas que no se deben cruzar nunca. Puedo estar de acuerdo en que el pique entre aficiones y clubes de la misma ciudad es la salsa del fútbol, pero se han llegado a alcanzar unos niveles de toxicidad bastante alarmantes. Los monedazos a Pendín y Pizana, las pintadas a Sergio Narváez, los altercados entre aficiones tras el derbi en octubre de 2019, el famoso “a chuparla” de Juan Díaz el año pasado en el derbi del año pasado en Chapín… Incluso el linchamiento en redes sociales a compañeros periodistas por el simple hecho de hacer su trabajo o felicitar públicamente a amigos aficionados del equipo rival tras una victoria. ¿En qué se está convirtiendo este maravilloso deporte?
Y es obvio que no todos los aficionados son iguales. Menos mal. De hecho la mayoría no son así y son capaces de denunciar este tipo de incidentes cuando suceden. Esos son los verdaderos aficionados, los que van a ver y animar a su equipo. Ellos sí que son la salsa del fútbol. Rebajemos un poco la toxicidad que rodea todo esto y hablemos del juego, que es lo que nos gusta.