"Cuando termine todo esto, ¿qué va a ser de la isla?": la pregunta de los asturianos residentes en La Palma

Asturias

Ha pasado una semana desde que el volcán Cumbre Vieja de La Palma comenzara a rugir. Desde entonces el avance de las coladas de lava ha dañado a su paso más de 460 viviendas e infraestructuras total o parcialmente y más de 6.000 personas han sido evacuadas.

La comunidad de asturianos presentes en la conocida como 'isla bonita' ha tenido suerte ya que se encuentran asentados mayoritariamente en el lado opuesto al territorio afectado. Según han explicado en SER Gijón, oyen "los rugidos del monstruo" y comienzan a sentir los problemas respiratorios como consecuencia de los gases y la enorme cantidad de ceniza generada por la erupción volcánica.

La isla canaria de La Palma cuenta desde 2002 con un centro asturiano que hoy día tiene una veintena de socios, son los más activos aunque a ellos se suman muchos asturianos en los hitos que celebran anualmente. Por A vivir que son dos días Asturias' han pasado varias voces. Por ejemplo, su presidente Pedro Tames, que aterrizaba en la isla hace 35 años procedente de Porrúa (Llanes) y es uno de los socios fundadores de este punto de encuentro entre los asturianos. La luarquina Carmen Rodríguez dice sentirse enamorada de esta isla de la que no piensa moverse, "la vida continúa", ha apuntado haciendo referencia a la necesidad de los residentes de "cruzar la cumbre" para hacer gestiones o ir a trabajar, por lo que se ven obligados a pasar cerca del volcán. La profesora gijonesa María Rodríguez reside con su pareja, originario de la isla desde hace 15 años, y ha pasado el fin de semana en La Gomera para poder "coger un poco de aire".

"¿Qué va a ser de la isla?"

Están muy preocupados por el futuro de este segundo paraíso natural que no piensan abandonar a pesar de la dura situación que atraviesa. Dicen haberse maravillado con la "disciplina del palmero" concienciado de que están expuestos desde siempre a la fuerza de la naturaleza.

Cada uno cuenta su caso y aporta testimonios de quienes sí lo han perdido todo. Dicen afrontar el futuro con esperanza, sin pensar demasiado en él y no cesando en su actividad profesional si es que la lava no se lo ha llevado a su paso destructivo. "En el futuro deben pensar las autoridades", han apuntado. Se sienten muy apoyados y queridos, les han llamado desde multitud de centros asturianos repartidos por todo el mundo. Todos destacan la solidaridad del chef José Andrés. El cocinero mierense "no quiere que se le hagan fotos y ha prometido volver cuando todo se calme" para conocer la isla.