Puerto Naos pide soluciones que lo saquen del aislamiento en que ha quedado tras el paso de la lava

Santa Cruz de Tenerife

La colada del volcán ha generado un limbo dentro de una isla donde hay viviendas, pequeños negocios, un hotel y vida social. O por lo menos la había. Una suerte de Berlín en plena guerra fría con un muro natural e incandescente que lo mantiene alejado aun estando ahí mismo. Y ante la posibilidad de que el aislamiento acabe definitivamente con estos lugares ‘al otro lado de la colada’, surgen ideas que pueden parecer disparatadas pero que piden ser escuchadas. Fran Garlaz tiene su finca en Puerto Naos que, además, es un reclamo turístico con un cultivo en ecológico y distintas especies animales que tuvieron que ser evacuados. No es ningún experto, asegura, pero entiende que es momento de aportar y lanza la idea de establecer traslados en barcos desde el Puerto de Tazacorte para no dejar morir esas zonas, claro que no hay muelle al sur. Plantea la posibilidad extraordinaria de construir dársenas provisionales.

Túneles o puentes han sido descartados por la imposibilidad de actuar sobre el terreno volcánico aún incandescente. Ese mismo desplazamiento desde Tazacorte o desde Los Llanos, hoy es necesario realizarlo atravesando la cumbre hacia el este para desplazarse hacia el sur por Villa de Mazo y llegar hasta Fuencaliente para volver a subir hacia el norte hasta el barrio de Las Manchas y, desde allí, tomar los caminos vecinales para alcanzar la misma costa oeste.

Los vecinos de Puerto Naos quieren regresar a su barrio cuando la seguridad lo permita y aún a pesar del ‘limbo’ en el que ha quedado después de que la colada cortara la única vía de acceso desde el Valle de Aridane y sin carretera que continúe por el sur hasta Fuencaliente. Víctor Simón está evacuado, se ha acomodado en casa de su hermana, pero no duda en responder cuando se le pregunta si está dispuesto a regresar incluso en esas condiciones de aislamiento. Como él, asegura, otras personas también quieren regresar cuando se pueda.

Pero “no va a ser igual”, explica. Un núcleo residencial y turístico con un paseo frente al mar regado de bares, terrazas, restaurantes y un hotel que ahora quedan ‘al otro lado de la colada’, muy cerca en el espacio pero tremendamente lejos en el tiempo que requerirá, a partir de ahora, llegar hasta allí. “Nada será igual”, explica Víctor con voz resignada.

Al igual que Puerto Naos, los enclaves de La Bombilla y El Remo han quedado ‘al otro lado de la colada’.