Economia y negocios
Transporte mercancías

La falta de conductores pone en riesgo el transporte por carretera en Aragón

La Asociación de empresarios de transporte discrecional de mercancías (TRADIME) señala que necesitan mano de obra: la media de edad es de 56 años y el problema se agravará en menos de una década

Reunión del consejero de Vertebración del Territorio, José Luis Soro, y el director general de Transportes, Gregorio Briz, con los representantes de TRADIME: el presidente, José Antonio Moliner, y la gerente, María José Pardo / Toño Ruesta

Zaragoza

La falta de conductores pone en peligro la continuidad del transporte por carretera en Aragón a medio plazo. Hoy la asociación empresarial TRADIME (La Asociación de empresarios de transporte discrecional de mercancías) ha advertido de que ya es necesaria la mano de obra, pero, con 56 años de media de sus miembros, el problema se agravará en menos de una década.

La crisis de Reino Unido les suena muy lejana y temen poco por sus consecuencias porque la falta de conductores ya se ha convertido en una dificultad endémica los últimos años.

El sector, dicen en TRADIME, ha sufrido una competencia desleal que ha desarmado a los empresarios y autónomos. A la vez que piden una jubilación anterior a los 65 años, reivindican que la veteranía en esta asociación les pasará factura si no actúan. "La edad media son 56 - 57 años y hemos creado el reto de hacer esto atractivo: este sector no tiene ninguna enfermedad profesional" y "un transportista tampoco está para conducir 10 horas por la noche con lluvia con 60 años", ha remarcado el presidente de TRADIME, José Antonio Moliner.

De momento, van a poner en marcha aulas de formación para jóvenes, señalan, con más práctica y con contenidos actualizados. Hoy el consejero del Vertebración del Territorio, José Luis Soro, se ha reunido con ellos para escuchar sus reivindicaciones y de paso comprometerse a financiar esta iniciativa educativa.

TRADIME tiene 700 socios, unos 2.000 camiones pero, a la vez, encuentra dificultades para calcular una cifra aproximada de profesionales. "Hay unas subidas y bajadas de producción muy grandes", explica Moliner. Así, cuando para la actividad en la planta de Stellantis de Figueruelas, "son 300 camiones los que entran allí diariamente".

Además, "se ha jugado con mucha competencia desleal y ahora estamos recogiendo los frutos". Por ejemplo, "se han traído muchos camiones a empresas españolas matriculados en países del Este, con unos sueldos ínfimos y eso ha rebajado el nivel que hablemos", ha continuado. "Y no hablemos de la lucha que lleva TRADIME con las cooperativas de trabajo social, que son verdaderas jaulas de precariedad", sentenciaba.

Apunta que en Europa las cooperativas de trabajo asociado están prohibidas y países como Francia jubilan a sus transportistas a los 60 años. Por ahí puede comenzar el reconocimiento a esta labor ardua del transporte por carretera.

"La parte económica es importante, pero la parte de la dignidad de la sociedad es más importante" y "creo que el transporte merece un respeto que no se le da y no tiene en cuenta la penosidad de esas personas".

De hecho, "creo que mucha gente se piensa que el camión sale de fábrica con el chófer incluido; una persona no puede trabajar 10 horas en el volante y luego descargar el camión" y "tiene que tener - cuando llegue a destino - unos servicios mínimos".

 
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