¿Más servicios adaptados y menos camas para el hospital?

Aranda de Duero

No hay más cera que la que arde. O lo que es lo mismo, el espacio del hospital comarcal Santos Reyes es el que es y por más vueltas que le han dado parece imposible arañar un metro cuadrado más para atender las demandas de los usuarios, por más justificadas que sean. Ese parece ser el resumen de situación de la polémica recurrente sobre la carencia de aseos adaptados para personas con discapacidad que sufre este centro hospitalario, que SACYL no puede negar por su evidencia, pero para cuya solución se encuentra con las manos atadas.

La limitación del espacio del hospital no es un problema de ahora. El Santos Reyes hace lustros viene dando señales aplastantes de la escasez de superficie para dar un servicio ya no suficiente sino incluso digno a sus usuarios, pese a lo cual los retrasos en el proyecto del futuro hospital han sido recurrentes. Incluso llegó varias décadas tarde la misma decisión de construir un nuevo edificio.

Tras el septenio ominoso durante el que los pacientes de oncología recibieron sus tratamientos y consultas en un barracón de obra, ahora vuelven al debate público las reclamaciones de las personas con movilidad reducida, recogidas por las asociaciones que las representan. Han sido respaldados por el Procurador del Común y han vuelto a apelar a él después de que el pasado año 2020 la Consejería de Sanidad se comprometiera a atender parte de sus demandas, sin que ellos consideren que se han cumplido las promesas de llevar a cabo “las reformas más elementales y necesarias para que personas en sillas de ruedas y con otras dificultades pudieran hacer uso de aseos generales y en habitaciones.”

Pese a que DISFAR, promotor de la queja ante el Procurador del Común, asegura que no se ha hecho ninguna reforma ni se piensa hacer, lo cierto es que el hospital recuerda que se ha adaptado uno de los baños de la planta baja donde también está proyectada la instalación de una plataforma para pacientes ostomizados. También está tomada la decisión de adaptar un baño más en la entrada y se está valorando la posibilidad de hacerlo así mismo con los servicios de la zona de Urgencias.

Los responsables del hospital reconocen, sin embargo, que instalar baños adaptados en las plantas es una decisión mucho más compleja porque supondría eliminar habitaciones y por tanto reducir las camas para ingresos.

Pese a que los colectivos de personas con discapacidad consideran que es una excusa apelar a la falta del espacio del actual hospital las cifras y su realidad se imponen: mientras no haya un nuevo hospital hay que elegir a qué dedicar el exiguo espacio actual, como ha ocurrido con tantas otras cuestiones, desde el gimnasio de rehabilitación, el hospital de día oncológico, y las consulas de determinadas especialidades que se tienen que repartir entre los dos centros de salud de Atención Primaria.

En cuanto al futuro centro hospitalario no hay nuevas noticias tras la presentación del proyecto básico la pasada primavera. El equipo redacator tiene hasta mediados del mes de enero para presentar el proyecto definitivo, pero sus arquitectos avanzaron la posibilidad de tenerlo listo este mismo otoño. En cualquier caso varios responsables de SACYL ya han rebajado las expectativas de poder sacar a licitación el proyecto antes del verano de 2020, por mucho que se adelanten los redactores a cumplir con su parte. Tanto el Gerente Regional como la Directora de Infraestructuras en sendas visitas a Aranda apelaron a la necesidad de revisar minuciosamente el proyecto que se presente antes de darle el visto bueno para evitar futuras sorpresas o revisiones de la obra una vez adjudicada. Una revisión que en cualquier caso, vendrá facilitada por el trabajo que se ha ido realizando por parte de los profesionales del propio hospital Santos Reyes con quienes el equipo redactor ha consesuado buena parte del documento.