Por fin llegó la primera

Aranda de Duero

Costó pero se logró. La Arandina conseguía este domingo su primer triunfo de la temporada tras doblegar al Almazán en un Montecillo en el que hubo buena asistencia y en el que volvió a resurgir la conexión grada-equipo. Fue en un partido parejo y luchado pero en que por fin hubo gol, aunque costara que llegara.

Frente al cuadro soriano la radiografía del encuentro fue pareja a la de otras tardes: gran inicio de la Arandina pero sin concrección. En defensa Álex apostó por una fórmula habitual en temporadas pasadas: tres centrales y dos carrileros. Funcionó, igual que el medio campo, pero la delantera seguía -y sigue- negada de cara al gol. Santa y Ayoub tuvieron sus opciones pero ni siquiera fue entre los tres palos. Palo que tocó el cuadro soriano en el ecuador de la primera parte. Y mano que tuvo que sacar en la jugada posterior Paisa al remate de Garcés. El miedo ya estaba sembrado en la grada, nuevamente con la sensación de que hay intención, de que hay buena disposición de juego, pero también de que falta contundencia, más credibilidad en lo que se hace -porque por poder se demuestra que se puede- y sobre todo efectividad. El ansia y la presión han hecho mucho daño estos partidos a la Arandina. Por eso marcharse al descanso con tablas y sin goles no ayudaba. 

En la segunda parte: dos partidos. Uno antes del gol, otro después. Antes del gol, intención de los locales; larguero de Vitolo. Poco después, ocasión visitante que desbarata Paisa. Y cuando justo el cuadro soriano tuvo un claro acercamiento que por un mal último pase no supuso el 0-1, contraataque y ocasión pareja de los de Izquierdo que esta vez sí amarraron. Álex Gómez, recién salido, hizo el gol de la liberación. El fin de la ansiedad. 1-0. Por fin un gol por delante.

A raíz de ahí otro partido, otra Arandina. Volcada, volteada, generando peligro, animada por la grada. Así llegó el segundo gol de Juan del Rincón (2-0) y los tres primeros puntos que ayudan a salir del descenso "y que tienen que servir para afrontar los próximos partidos de forma diferente", aseguraba el técnico arandino al final del partido. Y no es para menos. Palencia y Bembibre (este último en el Montecillo) esperan este domingo y el próximo. Ahora es momento de demostrar que este era el punto de inflexión que se necesitaba. Y que cuando llegó, cambió todo.