El Tenerife confía en lograr un acuerdo previo que evite un juicio a Shashoua
El proceso por un presunto delito contra la seguridad vial y el tráfico le supondrá con casi total seguridad la retirada del carnet y una severa sanción económica
Santa Cruz de Tenerife
El CD Tenerife confía en que un acuerdo previo a la celebración de un juicio rápido le evite a Sam Shashoua el mal trago de pasar por el juzgado, con la altísima repercusión mediática que tendría tal proceso para el futbolista británico, al que se le imputa un presunto delito de alcoholemia contra la seguridad vial y el tráfico.
Un acuerdo previo -habitual en este tipo de procedimientos- evitaría el juicio, no así la casi segura retirada del carnet de conducir al profesional blanquiazul, así como una severa sanción económica por los hechos acontecidos a principios de la semana pasada.
Shashoua protagonizó un desagradable incidente en la madrugada del lunes al martes, según informó la SER el sábado después del derbi y ratificó el propio futbolista con un comunicado en la red social Twitter, que se publicó de acuerdo con el CD Tenerife y con el propósito de zanjar cuanto antes la polémica. Las especulaciones respecto a "la mala semana" de Sam tienen su origen en la rueda de prensa de su entrenador, Luis Miguel Ramis, quien no dio detalles pero sí alimentó las especulaciones con su enigmático mensaje en el Estadio de Gran Canaria.
Shashoua dio positivo en un control de alcoholemia que le fue practicado por agentes de la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife. Fuentes consultadas por la SER aseguran que rebasaba los 0,6 miligramos por litro en aire respirado, límite que convierte la infracción en presunto delito penal y acarrea la celebración de un juicio rápido, el cual ha sido fijado para el jueves 28 de octubre. Esta misma información publicó en su edición digital del domingo el diario balear Última Hora.
El escrito emitido por Shashoua en redes sociales se estudió al milímetro antes de su publicación. Algunos de sus compañeros se habían enterado del incidente justamente a través de esta vía (Twitter); y desde el club consideraban necesaria una reacción rápida por parte del inglés. Éste quiso declararse "único responsable" de lo acontecido, para así apartar del foco a los jugadores del equipo con los que había pasado la noche en dos locales de ocio de la capital. Uno de ellos compartía vehículo con Shashoua -éste último conducía- en el momento que fue sometido al control de alcoholemia. Fuentes consultadas a este respecto niegan que fuese un procedimiento rutinario, y sí por entender que su manera de maniobrar al volante (producto de un "muy evidente" consumo de alcohol, como así luego revelaron las pruebas) suponía un manifiesto peligro para el tráfico, la seguridad suya y la de terceros.
Las indagaciones realizadas por el CD Tenerife descartan que en las diligencias policiales figuren más nombres que el del futbolista británico, pero aún así pretenden que este incidente sirva de aprendizaje y de aviso. El disgusto fue mayúsculo durante la semana pasada en el seno de la entidad insular y habrá medidas de puertas adentro. También se producirá ante el equipo la advertencia de que situaciones como ésta pueden condicionar directamente el desarrollo deportivo de una temporada ilusionante y que ha empezado con muy buen pie, con notables resultados sobre el terreno de juego, pero que se puede ver empañada por cualquier error de esta naturaleza. Como ocurrió con el episodio turbulento del martes, que tuvo influencia directa en el derbi. En todo caso, confían en que las disculpas y arrepentimiento de Sam sirvan para pasar página y recuperar la tranquilidad deportiva cuanto antes.
Tras ser conducido a la Jefatura de la Policía Local, el jugador blanquiazul fue informado de que será procesado por un delito de alcoholemia. Según avanzó este domingo el diario Marca, la noche del lunes al martes acabó en comisaría. Testigos oculares del incidente explican que no fue nada edificante el comportamiento del futbolista en su contacto con los agentes, como tampoco en el momento de abandonar las dependencias policiales. De hecho, llegó a insinuarles que le habían retenido por motivos racistas; y no por los evidentes indicios de que su forma de maniobrar al volante podría ser constitutiva de delito penal.
La legislación actual es severa con este tipo de conductas. El artículo 379 del Código Penal establece que si el presunto autor de la infracción supera los 0,6 miligramos de alcohol por litro en aire aspirado se enfrenta a una pena de prisión de tres a seis meses, o bien a trabajos en beneficio de la comunidad entre 31 a 90 días. En el caso de que sea la primera fracción cometida, la pena de prisión se conmuta por una multa administrativa y, en todos los casos, la retirada del permiso de conducir por tiempo de uno a cuatro años.