No Aspas, no party

Vigo

Cuando tu Messi no funciona es normal que el debate vaya en dos direcciones: ¿Qué le pasa a tu Messi? ¿Qué alternativas hay? Y eso es lo que le pasa al Celta. Cuando Iago Aspas no carbura, el equipo sufre una barbaridad porque no encuentra soluciones, alternativas, capacidades de dañar al rival. El equipo es consciente que necesita que el diez vuelva a florecer. Pero tampoco puede estar esperando eternamente a Aspas como si fuese Godot. Mientras no aparezca en escena, otros actores tienen que interpretar su papel. El debate no puede pivotar alrededor solamente de Aspas.

El “No Aspas, no party” no viene de ahora, no. Incluso con un goleador solvente como Maxi Gómez, el equipo sufría un mareo futbolístico porque le faltaba su jugador total. No nos podemos olvidar aquellas lesiones con Cardoso, Escribá u Óscar en las que había que rezar mucho y confiar en el doctor Cota. Iago marca, Iago viene a recibir y construye, Iago genera, Iago asiste, Iago preocupa a los rivales. Y esta campaña en la que Aspas apenas ha aparecido, el equipo no encuentra soluciones y no es capaz de tener alternativas. Hay un dato en casa que es escalofriante: el Celta ha perdido cuatro partidos y ha ganado 1 en el minuto 95.

Hay otro dato aterrador: en los cinco partidos de casa solamente ha marcado tres goles. Uno de penalti, otro en un rechazo que cazó Mina, y el gol estilo Wimbledon de los 90 o el Burnley actual, con colgada desde campo propio y segunda jugada al borde del área rival. Salvo en ese minuto 95, en ninguno de los cinco partidos como local el Celta se puso por delante en el marcador. Eso lo dice todo. Después se puede hablar de los méritos cosechados por los rivales para llevarse tales premios de Vigo. Pero el Atlético de Madrid solamente necesitó dos contras para ganar; el Athletic un fallo de Aidoo para ponerse 0-1. El Cádiz, que no cruzaba el centro del campo, se encontró con dos regalos para irse al descanso 0-2; el Granada tuvo en el 93, antes del gol de Denis, el mano a mano de Soro para irse ellos con el 0-1 pero acabo perdiendo. El Sevilla vino a esperar, a tener paciencia y a intentar ganar con algún chispazo. Lo hizo. El guión es muy parecido en todos los rivales: orden, paciencia, aguante y búsqueda de alguna oportunidad que siempre te va a dejar el Celta. Y ese guión Anti-Coudet les funciona porque el Celta no carbura en ataque y porque, a medida que pasan los minutos, el equipo se agota. Porque el No Aspas, no party deja más tranquilos a los rivales. De ahí que Lopetegui, con su plantilla de Champions, venga a Vigo con una defensa de 5 y con pocas ganas de atacar hasta la segunda parte. Ese era su guión y le salió con suerte, sí. Pero le salió.

Se puede caer en la autocomplacencia del “jugamos como nunca y perdimos como siempre”. Pero la lectura tiene que ser mucho más profunda para evitar el Día de la Marmota de los últimos cuatro años. Los números de Nolito, Cervi, Brais Méndez, Denis Suárez, Solari o Thiago Galhardo son revisables. Solamente Santi Mina deja algo de esperanza aunque de manera irregular. Iago Aspas no aparece y el equipo lo acusa.

Quizás porque tampoco el club, desde aquellos sustos de las lesiones de Aspas, se molestó en buscar alternativas, en dotar al ataque de más recursos y alternativas. Y así lleva el Celta cuatro años coqueteando con el descenso. Aspas ha sido uno de los jugadores más grandes de la historia y, todo el mundo confía en que vuelva a su mejor versión. Pero, mientras tanto, Coudet necesita más alternativas y que otros jugadores den un paso al frente. De la Cofradía del 4% al altar con la imagen de Aspas en Tribuna, pasando por los rezos, rosario en mano, de Nolito en Cornellá. Nos olvidamos pronto del infierno. Para conseguir los 42 puntos de la permanencia el Celta necesita cambiar el chip desde ya. Lo de “jugando así el equipo perderá pocos partidos”, por ahora, no está resultando. Lleva 6 derrotas en 9 partidos. Pues eso. Decía Coudet que hay que ayudar a Aspas. Pues en las manos de Nolito, Mina, Brais, Denis, Cervi o Galhardo estamos. Tampoco hay mucho más.