Nace "Territorio Genera", un espacio con mucha capacidad

Toledo

Hace 15 años se ponía en marcha en Castilla-La Mancha el primer Servicio de Capacitación bajo las premisas del modelo inclusivo-social de nuestro país. Iniciaba sus primeros pasos el Modelo CECAP, que ha servido como referencia para otras regiones. Se traba de desarrollar un proyecto social pionero que debía ser entendido como una herramienta al servicio de los más vulnerables de Castilla-La Mancha. Se trataba de apoyar a personas con discapacidad, reconociendo a éstas como ciudadanos de pleno derecho y favoreciendo el fortalecimiento de una sociedad inclusiva.

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A partir de ahora, todos los miércoles, el programa "Hoy por Hoy Toledo" abre una sección dedicada a recoger testimonios, experiencias y opiniones para conocer en primera persona el camino recorrido. Y para la puesta de largo nos han acompañado la consejera de Bienestar Social del gobierno castellanomachego, Bárbara García Torijano y el presidente del Grupo de Entidades Sociales CECAP, Ándrés Martínez.

Escucha aquí el primer programa, en el que también hemos saludado a Ángel Fernández y Beatriz Martín, dos personas que han seguido programas de capacitación y autonomía en CECAP, integrantes del programa de radio "El altavoz" que emite Onda Polígono:

Hace ya 15 años que la Consejería de Bienestar Social de Castilla-La Mancha decidió apoyar el proyecto para otra forma de entender la capacitación que presentó CECAP. Nacía el primer Servicio de Capacitación de España. El hecho de apoyar a las personas en esta situación, de integrarlas en la comunidad en la que viven, actuando en sus contextos naturales, son ahora ideas y conceptos utilizados y aceptados por todos los profesionales que trabajan en entidades sociales del tercer sector, y que empezaron a ponerse en práctica aquí.

Sin embargo, hace 15 años, hablar de individualidad, empoderamiento personal, talento y capacitación, eran conceptos que transgredían la idea vigente en ese momento, donde imperaban las premisas de un modelo asistencial, en el que la institución estaba por encima de la persona, y esta era quien, en definitiva, tenía que adaptarse a las normas y directrices de la organización o entidad social.