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Desmontando bulos

Qué bulos no debes creerte sobre el cáncer de mama

Los explicamos en 'Desmontando bulos', con el doctor Ricardo Reolid Martínez, especialista en Medicina de Familia y Comunitaria

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Según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), en 2019 el cáncer de mama se mantiene en segundo lugar en incidencia en España con 33.307 casos nuevos, pero hay muchos bulos relacionados a desmentir:

El cáncer de mama solo afecta a las mujeres

Según la OMS, la pertenencia al género femenino es el principal factor de riesgo de cáncer de mama. Si bien solo suponen un 2% anual de pacientes tratados al año, los varones también tienen tejido mamario por lo que pueden sufrir esta enfermedad. Esta predisposición genética también obliga a realizar estudios familiares posteriormente.

Los sujetadores con aros pueden provocar la aparición del cáncer de mama

El bulo de que los sujetadores aumentan el riesgo de cáncer viene de antes, de cadenas de email con el mismo texto. Proviene de un libro titulado Dressed to Kill, publicado en 1995 en el que se explica que las mujeres que llevan sujetadores con aro durante 12 horas al día o más tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de mama porque el sujetador porque comprime los canales del sistema linfático y eso provoca la acumulación de toxinas en el tejido mamario.

Sin embargo, según la American Cancer Society, no hay evidencias de que la compresión del sistema linfático por parte de los sujetadores tenga ningún efecto sobre el riesgo de

Dentro de los posibles factores ligados al uso del sujetador, la única evidencia es la relacionada con el sobrepeso y la obesidad, que sí que están relacionados con un mayor riesgo de padecer cáncer de mama (y de otros tipos)

Hacerse las mamografías recomendadas no causa cáncer de mama o de tiroides

En un bulo que lleva circulando al menos desde 2011 se advierte de que la causa de muchos casos de cáncer de tiroides es que se realizan mamografías y radiografías dentales en las que no se protege esa glándula, que recibe fuertes dosis de radiación.

En cuanto a la relación con el cáncer de tiroides, el bulo ha sido desmentido oficialmente por la Sociedad Española de Protección Radiológica, que explica que las dosis de radiación que puede recibir la tiroides como resultado de estas pruebas es insignificante.

La composición de algunos desodorantes que contienen aluminio favorecen la aparición del cáncer

No hay un vínculo comprobado entre los desodorantes y el cáncer de mama. Como el desodorante se aplica en la región axilar, y debido a la localización de las cadenas linfáticas, diversas publicaciones han sugerido una posible conexión entre los componentes de este producto y el cáncer de mama, basándose en un articulo del Reino Unido sobre la presencia de aluminio en los desodorantes. Actualmente que no hay evidencias concluyentes de un vínculo entre ambos y lo único cierto son las posibles reacciones a nivel de la piel en aquellas personas que utilizan desodorantes antitranspirantes y con una susceptibilidad dermatológica.

Comer gran cantidad de soja produce cáncer

No hay evidencia. La soja contiene isoflavonas, un fitoestrógeno con acción antioxidante. Los fitoestrógenos son estrógenos (hormonas sexuales femeninas) de origen vegetal. En las mujeres que menstrúan el efecto de las isoflavonas apenas es apreciable ya que los estrógenos humanos son mucho más potentes.

En mujeres menopaúsicas que no han padecido ningún tipo de cáncer hormonodependiente se relaciona un consumo de soja con un menor riesgo de padecer algún tipo de cáncer dependiente de hormonas, así como la disminución de padecer osteoporosis (déficit de calcio en los huesos) y otros síntomas asociados al climaterio o menopausia.

Sin embargo, no todo son beneficios en el consumo de soja. Los fitoestrógenos que contiene la soja reducen la efectividad del principal tratamiento contra el cáncer de mama hormonodependiente, consistente en la inhibición de la aromatasa. Esta terapia reduce los niveles de estrógenos para evitar posibles recaídas. Ensayos clínicos realizados en animales evidencian que los fitoestrógenos, al hacer la misma función que los estrógenos, reducen el efecto del tratamiento.

Exentos de esta afirmación encontramos el aceite de soja y la salsa de soja, ya que no contienen isoflavonas, responsables de la interacción terapéutica.

¿Cuáles son los principales factores de riesgo para el cáncer de mama?

  • No modificables

a) Sexo. El hecho de ser mujer es el principal factor de riesgo de padecer cáncer de mama. Los hombres también pueden desarrollarlo pero es aproximadamente 100 veces más común entre las mujeres que entre los hombres.

b) Edad. La probabilidad de desarrollar cáncer de mama se incrementa con la edad. Aproximadamente 1 de cada 8 cánceres de mama se diagnostica en mujeres menores de 45 años aunque hay una tendencia al aumento de la incidencia en mujeres cada vez más jóvenes

c) Factores genéticos. Entre el 5-10% del cáncer de mama es hereditario, lo que significa que se origina directamente por mutaciones (defectos genéticos) heredados del ADN de uno de los padres.

d) Los estrógenos juegan un papel importante en la aparición del cáncer de mama; por tanto, la menarquia antes de los 11 y menopausia después de los 54 años de edad incrementan el riesgo de padecerlo

  • Modificables

a) La terapia hormonal estrogénica de reemplazo (terapia hormonal para aliviar los síntomas de la menopausia) y el uso de píldoras anticonceptivas por tiempo prolongado

b) Obesidad. En las mujeres posmenopáusicas se ha demostrado la asociación entre obesidad y cáncer de mama (no así en las premenopáusicas)

c) Nuliparidad y embarazo después de los 30 años. d) Lactancia. Varios estudios sugieren que la lactancia podría disminuir el riesgo de cáncer de mama, especialmente si se prolonga hasta el año y medio.

 
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