Ayuso indemnizará a 15 residencias privadas por los "daños" que les produjo la intervención por la pandemia
El gobierno regional va a abonar más de un millón de euros a esos centros que, en algunos casos, tienen causas abiertas en los tribunales por presuntos delitos de homicidio imprudente
Madrid
Los familiares de los casi 6.000 mayores que murieron en las residencias madrileñas por COVID-19 en la primera ola llevan año y medio pleiteando contra los gestores de una decena de residencias y contra los propios responsables de la Comunidad de Madrid para que se depuren responsabilidades. Lo que no se conocía hasta ahora es que el gobierno regional ha evitado que esas empresas le abran un nuevo frente judicial tirando de billetero.
El conflicto se remonta a finales de marzo de 2020, cuando el Ministerio de Sanidad dio poderes especiales a las Comunidades Autónomas para intervenir las residencias, independientemente de su titularidad. La Comunidad de Madrid decidió usarlos: trasladó a algunos de los usuarios a otros centros y, en algunos casos, incluso cambió a los gestores. Al menos quince de las empresas afectadas reclamaron después una indemnización que ahora, año y medio más tarde, están comenzando a cobrar.
Es el caso de Ballesol Mirasierra, donde las autoridades madrileñas trasladaron a 45 mayores “a la vista del rápido avance de la enfermedad y teniendo en cuenta la envergadura y evolución de crisis sanitaria”, según refleja el convenio firmado entre la empresa matriz Intercentros Ballesol S.A. y la Consejería de Sanidad para poner fin a la reclamación de la primera. Ese documento, al que ha tenido acceso la Cadena SER, asegura que la Comunidad de Madrid “tuvo la imperiosa necesidad de actuar de manera urgente”. A cambio, ese centro recibirá casi 269.000 euros en concepto de indemnización -268.935,38 euros- por un total de “3.017 días de estancia”.
Se da la circunstancia de que Ballesol Mirasierra es una de las residencias que los familiares han llevado ante los tribunales. Ese centro sufrió un brote a finales de marzo del año pasado en el que murieron una decena de mayores.
Alejandra Rodríguez es uno de los familiares que ha presentado una querella, dentro de la asociación de familiares Marea de Residencias, contra la dirección del centro porque su abuela falleció el 2 de abril sin que su familia pudiera tener una comunicación, una videollamada, con ella desde que se cerraron los centros a las visitas el 8 de marzo. “No llegamos ni a hacer una videoconferencia en un mes. Entonces no sabemos en qué estado estaba, murió sin su familia. El problema con la residencia fue la incomunicación y que tampoco pusieron muchas medidas, no había EPIs, no había protocolos de seguridad y lo único que hicieron fue echar a los familiares”.
Esta mujer no comprende cómo ahora la Consejería de Sanidad puede indemnizar a este centro. “Me parece una mala gestión por parte de la Comunidad de Madrid y un insulto a los familiares porque no solo no derivaron a hospitales, estando la clínica privada Ruber enfrente, y ahora indemnizan a las residencias. Deberían indemnizar a los familiares porque son los que han tenido una gran pérdida”.
Desde la Plataforma por la Dignidad de las Personas Mayores, Pladigmare, su presidente Miguel Vázquez también dice que es "indignante" este convenio porque a las familias la pandemia les ha costado "sangre, sudor y lágrimas y parece que a algunos les está sirviendo para engordarse los bolsillos". Para Vázquez sería necesaria una investigación para saber si los mayores que se enviaron a los centros que han recibido una indemnización estaban o no contagiados.
El presidente de esta plataforma de familiares denuncia que además en la lista de residencias que van a recibir dinero está Orpea Santo Domingo de Algete, uno de los 14 centros que en plena primera ola de la pandemia fue intervenida su dirección por la Consejería de Políticas Sociales ante el alto número de fallecidos que había. "Hemos observado con estupefacción que se indemniza a este centro. No solo es que no haya que indemnizarla si no que habrá que solicitarle que abone los gastos que se han producido como consecuencia de que ellos no han sabido intervenir durante la crisis sanitaria y ha tenido que ser la Administración quien lo hiciese".
Miguel Vázquez también lamenta que no sean las familias quienes reciban ese tipo de indemnización. "¿Qué pasa con las familias que se llevaron a los residentes a sus casas para que no se contagiaran del Covid? ¿A esos quién les indemniza?, porque evidentemente han tenido que asumir unos gastos por cuidarles sin que estuvieran en la residencia".
Al menos otros catorce centros –la mayoría de ellos pertenecientes a tres grandes grupos empresariales- han pedido también una compensación y la Comunidad de Madrid les ha reconocido ese derecho, según informa un portavoz de la Consejería de Sanidad. Entre todos ellos cobrarán 1.119.791,70 euros, según una consulta realizada por esta redacción al Portal de Transparencia del gobierno regional, que considera que esos traslados “tienen naturaleza expropiatoria” y, por ende, generan derecho a indemnización. A cambio –como reza el convenio con Ballesol Mirasierra- la residencia “se da por satisfecha”. En concreto, este grupo –Ballesol- se beneficia de tres de estos convenios; Orpea, de seis; y Amavir, de otros dos.
Para calcular esas indemnizaciones se ha tomado como base un informe de la consultora KPMG, que ya se encargó de poner precio también a la colaboración de la sanidad privada durante la pandemia. El encargo se lo hicieron las propias residencias y la Comunidad de Madrid “no pagó nada a la consultora por ese informe”, según señala Sanidad. En un principio fijaba una compensación de 95,68 euros por usuario y día de estancia, pero el importe le parecía excesivo a la Consejería, que lo rebajó hasta los 89,14 euros tras excluir gastos en los que “no existe mutuo acuerdo entre las partes”, como la inversión publicitaria de los centros o los costes financieros.
Tampoco se tiene en cuenta el material enviado por las administraciones públicas, y que la Consejería de Sanidad no ha cuantificado a preguntas de esta redacción; ni tampoco otros servicios, como las reiteradas desinfecciones llevadas a cabo por la Unidad Militar de Emergencias (UME) en las instalaciones de esta y otras residencias.
Desde la patronal de las grandes residencias, AESTE (Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia), su secretario general, Jesús Cubero, relata el inicio de cómo se fraguó la colaboración. “Durante lo más duro de la pandemia se pidió colaboración desde las consejerías de Sanidad y de Políticas Sociales para poder llevar a residentes de centros pequeños y que tenían muchos contagios a centros más grandes que tuvieran más personal. Los centros asociados a la asociación que mejor estaban pusieron plazas a disposición porque pensaron que todos tenían que ayudar. A partir de ahí, una vez pasado lo peor de la pandemia, es cuando se ha iniciado el proceso de la compensación por las plazas expropiadas”. Cubero recuerda que estas negociaciones comenzaron antes del verano ya con cada centro negociando por separado con la Consejería de Sanidad.
En la patronal de las pequeñas residencias, la Asociación Madrileña de Atención a la Dependencia (AMADE), ven con asombro y enfado este convenio. "Nosotros en ningún momento tuvimos ninguna propuesta como sector de que se pusieran plazas a disposición. Esto fue un acuerdo privado que se hizo con determinadas empresas. Lo que llama la atención es que se haya planteado un precio de más de 89 euros cuando el resto del sector tiene el precio del concierto en 54 euros", subraya su presidenta Pilar Ramos. Incide esta representante en que este convenio se acordó solo entre la Consejería de Sanidad y unas pocas grandes empresas.
RELACIÓN DE RESIDENCIAS ACOGIDAS A CONVENIOS DE INDEMNIZACIÓN
Ballesol Mirasierra
Ballesol Príncipe de Vergara
Ballesol Alcalá
Virgen de la Nueva
Sanitas Carabanchel
El Álamo
Amavir Pozuelo
Amavir Villanueva
Orpea Madrid Aravaca
Orpea Alcobendas
Orpea Madrid Sanchinarro
Orpea El Escorial
Orpea Buenavista
Orpea Santo Domingo Algete
Valdeluz Leganés