Los sindicatos critican el "desamparo" tras la agresión a un funcionario de la cárcel de Cuenca

Cuenca

Alrededor de un centenar de trabajadores de prisiones y responsables sindicales se han concentrado en el centro penitenciario de Cuenca para condenar la agresión sufrida el miércoles por la noche por un funcionario, al que un interno atacó causándole heridas en el cuello, y para exigir que se depuren responsabilidades por haber derivado a la cárcel conquense a este preso, cuando no es una instalación acorde a su nivel de peligrosidad.

Los sindicatos ACAIP-UGT, CSIF y Comisiones Obreras han denunciado que el interno, que fue detenido el pasado día 21 por un intento de abuso sexual en Tarancón, tan sólo cuatro días después de haber salido de la cárcel de Estremera y haberse quitado la pulsera de seguridad, no tendría que haber sido trasladado a Cuenca.

El responsable nacional de ACAIP, José Ramón López, ha exigido la dimisión del secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, al que acusa de “postureo”. Recuerda que el interno tenía el nivel más alto de peligrosidad, y anuncia medidas legales contra el agresor y la administración.

Los sindicatos denuncian el “desamparo” en que se encuentran los trabajadores de prisiones, y cifran en casi 4.000 la falta de funcionarios y personal laboral en las cárceles de toda España.

El responsable de Prisiones en el sindicato CSIF, Jorge Vilas, ha reclamado que se conceda a estos trabajadores el estatus de “agente de la autoridad”.

Desde Comisiones Obreras, la secretaria general de Instituciones Penitenciarias Silvia Fernández ha incidido también en la necesidad de rejuvenecer las plantillas, que en casos como la de Cuenca tienen una edad media muy avanzada.

La cárcel de Cuenca tiene una plantilla de 140 trabajadores, con 20 vacantes actualmente.