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El Sporting sigue perdonando vidas

Los rojiblancos no aprovechan sus claras ocasiones en una gran primera mitad y acaban cayendo con un gol en el minuto 93 y con polémica por un penalti no señalado sobre 'El Puma'

Los jugadores del Sporting defienden una acción de ataque del Almería. / La Liga

Los jugadores del Sporting defienden una acción de ataque del Almería.

Gijón

Empieza a resultar frustrante lo de este Sporting compasivo, que se apiada y perdona la vida a sus rivales y entrega la suya a la mínima de cambio, cayendo a plomo víctima del más mínimo soplido, como el boxeador fino estilista sin pegada y con mandíbula de cristal, que después de todo el combate golpeando pierde por K.O. al primer golpe que recibe. Ante el Almería, el líder de la categoría, la película fue una redifusión, aunque con matices en el guion para hacerlo aún más cruel: un dominio abrumador del Sporting en la primera parte, ocasiones de todos los colores desperdiciadas, un rival que sintiéndose amnistiado empieza a equilibrar la situación y un despiste que se convierte en castigo definitivo, esta vez ya en el minuto 93. A versiones anteriores hay que añadir esta vez un ingrediente polémico: el penalti sorprendentemente no pitado sobre 'El Puma' Rodríguez. Ya saben lo del perro delgado y las pulgas.

La falta de puntería del Sporting volvió a echar por tierra el enorme trabajo de un equipo que en la primera parte le jugó sin ningún tipo de complejo al mejor equipo de la categoría, al que empeñeció hasta la mínima expresión. Una llegada tras otra, un fallo tras otro. Casi todos de un Djuka ansioso por dedicar un gol en una semana complicada, emperrado en usar solo su pierna derecha, cayendo varias veces en fuera de juego y finalmente peleado con el árbitro, los protectores de las cámaras de televisión y todo el que se pusiera por delante. A él, como al equipo, nadie les puede negar el esfuerzo, el sacrificio y la implicación, pero el resultado es insuficiente.

La falta de pegada no es exclusiva del delantero centro. ¿Dónde ha quedado aquella esperanza de que Fran Villalba, Gaspar Campos, Pedro Díaz con su buen disparo desde lejos o (quien la tuviera) de que Aitor García aportaran goles y evitaran la djukadependencia? Con la contada excepción de Bogdan en Lugo, en el último mes del campeonato nadie que no sea el serbo-montenegrino ve portería. Y eso es un problema que revive fantasmas no tan viejos. Porque es importante crear ocasiones, como dice Gallego, pero lo verdaderamente importante es meter alguna; las suficientes para ganar.

En la primera mitad, todo lo importante pasaba en el área del Almería o en sus inmediaciones. Todo salvo una acción que congeló los corazones del público de El Molinón, cuando una indecisión de Mariño ante la que Babin quedó bloqueado acabó en un gol de Sadiq anulado por fuera de juego. Fue la única vez que los andaluces generaron peligro en la primera parte. El Sporting lo había creado pero, como casi siempre, no había definido.

Sintiéndose vivo y con opciones, el Almería empezó a crecer en el partido tras el paso por vestuarios. El choque se equilibró y pasó a ser de ida y vuelta. Mariño (que por cierto no vive su momento más dulce) tuvo algo de trabajo tras el descanso. Un despeje del portero rojiblanco generó un rechace que Curro estrelló en el larguero. El Puma, que entró desde el banquillo, generó alguna jugada de peligro. Le anularon un gol por fuera de juego pero nadie entiende por qué no se señaló un claro penalti previo al final de esa jugada, al arrollar Arnau claramente al panameño en el área. Moreno Aragón remató la faena que ya había empezado en la primera mitad, indignando a la afición rojiblanca.

El Almería lanzó otro aviso en el 88, cuando Mariño tuvo que tapar un disparo de Centelles que llevaba mala intención. Pero lo peor estaba por el llegar. En el tercero de los minutos de añadido, cuando algunos ya empezaban a huir del frío y de la frustración, una serie de catastróficas desdichas y un error grave de marcaje propiciaron que Lazo empujara solo una asistencia de Dyego.

Tanto remar, para morir en la orilla. El líder volvió a mostrar su pegada, lo poco que necesita para ganar los partidos, mientras que el Sporting necesita acumular los mismos méritos que para aspirar a un Premio Nobel. Incapaces de frenar su mala racha, los rojiblancos pasarán la semana fuera de puestos de playoff. Después de haber jugado quizás mejor que nunca, para acabar perdiendo (o, al menos, no ganando) como demasiadas veces últimamente.

David González

David González

Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...

 
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