Anna Gil Wittke: "Si coges la mano de tu pareja, el problema será menor"

Murcia

Juntos contra el mundo: cómo conseguir que una relación de pareja soporte dificultades sin romperse. Este ha sido el tema con el que nos ha acompañado esta semana en Hoy por hoy Murcia, la psicóloga y sexóloga, Anna Gil Wittke.

Una de las desgracias de las relaciones de pareja es la forma en la que se abordan los problemas. "Cuando hay un problema, en vez de permanecer unidos contra esa dificultad, muchas parejas se activan en contra del otro". Es decir -aclara Gil Wittke- "ese equipo que forma la pareja cuando las cosas van bien, se divide en dos equipos cuando aparecen las complicaciones".

Anna Gil Wittke aconseja afrontar las dificultades junto a la pareja y no contra ella. "Si conseguimos que el otro haga lo que nosotros queremos en contra de su voluntad, tensaremos más la relación y confrontaremos como pareja". En definitiva, tendremos dos problemas: el que ya teníamos y el que hemos generado por culpa de nuestra actitud frente a la adversidad.

Independientemente del cual sea el problema, Gil Wittke recuerda que debemos ser siempre un equipo "que crezca ante la dificultad".

Y SI NOS COGEMOS DE LA MANO, MUCHO MEJOR

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La experta en relaciones de pareja ha hecho referencia a un estudio realizado por James Coan, profesor de psicología en la Universidad de Virginia (EE. UU.), que demuestra que sostener la mano de un ser querido nos hace sentirnos más protegidos frente a los problemas y la sensación de alivio suele ser muy reconfortante.

El profesor de psicología tuvo la oportunidad de comprobar el efecto de esta muestra de cariño, tras el empeño de uno de sus pacientes; veterano de guerra estadounidense, de realizar terapia contra sus traumas con su mujer presente. Y no en la misma sala, tenía que ser cogidos de la mano.

Tras los efectos beneficiosos en su paciente, Coan desarrolló este mismo experimento con un grupo de mujeres a las que sometió a una situación de incertidumbre donde podrían recibir una descarga eléctrica. La mitad de ellas pudieron coger la mano de su pareja durante el experimento, lo que se tradujo en un menor nivel de estrés y de dolor frente a las que no pudieron hacerlo.