"Si no nos tomamos en serio lo que hemos dicho que íbamos a hacer, los impactos van a ser peores"
María José Sanz, bióloga y directora de BC3, el Centro Vasco de Cambio Climático, aborda en su entrevista para Hora 14 Euskadi de qué manera repercuten las cumbres climáticas a la sociedad
“Si no nos tomamos en serio lo que hemos dicho que íbamos a hacer, los impactos van a ser peores”
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Bilbao
Un día después de la clausura oficial de la Cumbre de Glasgow el sabor es agridulce: se cierra sin acuerdo y con un prórroga ‘in extremis’ que permita a los países participantes aunar posturas y lograr sacar adelante el Acuerdo de la Cumbre de Glasgow. Las negociaciones continúan en la sede de la conferencia, con bloqueos en torno a puntos como la financiación. Hoy, María José Sanz, bióloga y directora de BC3, el Centro Vasco de Cambio Climático, aborda con Miguel Ángel Garrosa en su entrevista para Hora 14 Euskadi de qué manera repercuten estas cumbres en la sociedad.
“Las cumbres de cambio climático sirven de algo. Si no hubiera habido cumbres, no estaríamos hablando de cambio climático”, explica María José Sanz, que dirige desde Leioa el centro, especializado en la producción de conocimiento científico para abordar la toma de decisiones ambientales, socioeconómicas y éticas relacionadas con la crisis climática. El 12 diciembre de 2015, en la Cumbre de París, se alcanzó un acuerdo histórico para combatir el cambio climático. El Acuerdo de París abordaba por primera vez, la posibilidad de que todos los países, y no solo los desarrollados, tuvieran una causa común para emprender esfuerzos ambiciosos para combatir el cambio climático y adaptarse a sus efectos, con un mayor apoyo para ayudar a los países en desarrollo a hacerlo.
“Cada cumbre es diferente, tienen diferente naturaleza según el periodo de lo que ha ocurrido antes. La cumbre de París fue similar a la de Cancún o a la de Kyoto, es decir, fueron cumbres en las que se tomaron decisiones que cambiaron el paradigma o supusieron un punto de inflexión”, matiza la bióloga. “Entre esas cumbres hay algunas más técnicas, que tratan de desarrollar las formas de implementar esos acuerdos políticos de gran alcance, como por ejemplo esta última”.
Respecto a la utilidad de estas reuniones Sanz aclara: “Estamos hablando de cambiar un modelo de desarrollo desde sus raíces, de cambiar por ejemplo nuestros procesos productivos o el modelo energético completamente, dejar de utilizar todos los combustibles fósiles, y eso lleva un tiempo. Lo que está claro es que sin estas cumbres esos procesos de reflexión en los que se toman decisiones no se tendrían y que si no nos tomamos en serio lo que hemos dicho que íbamos a hacer, los impactos van a ser peores”.
Afirma, además, que en Euskadi se están tomando las decisiones correctas: “Es un territorio que siempre busca planificar y creo que está planificando el futuro en clave de abordar esta problemática pero hay otros elementos a tener en cuenta no solo en Euskadi sino en todo el mundo, que es cómo lo hacemos para que no tenga impactos, por ejemplo distributivos, y que estos impactos no afecten a las personas más vulnerables”. Un reto no solo para la ciudadanía, también para las instituciones de los casi 200 países que han participado en la Cumbre de Glasgow.