Noviembre negro

Jerez de la Frontera

Noviembre negro para el Xerez CD. Desde hace un par de semanas se barruntaba marejada en la entidad azulina. Tras el partido ante el Utrera, se encendieron las alarmas ante el mal juego del equipo justo antes de la eliminatoria ante el Córdoba. El partido ante el conjunto califal, a pesar de jugarse bien, también se perdió, en parte por un error de Marc Vito y en parte por el error del colegiado con el ya famoso cable. Desde entonces, salvo la victoria ante el Ceuta B, todo lo que podía salir mal, ha salido peor aún.

Ya en Lucena nos escamábamos antes las declaraciones de Fajardo tras la derrota que ya comenté en mi artículo anterior “Cortina de humo”. Los peores presagios se confirmaron, hay problemas económicos y la plantilla no está al día de cobro, con lo que ello conlleva a nivel personal y anímico. Para rematar la faena tenemos un partido plano, soso y carente intensidad ante el CD Rota, una Asamblea Extraordinaria para explicar problemas económicos que despiertan fantasmas del pasado, una derrota ante el Recreativo de Huelva que deja al conjunto xerecista a 12 puntos del ascenso directo y una lesión del guardameta Alejandro Satoca que, salvo recuperación milagrosa, lo va a dejar apartado de los terrenos de juego al menos en los próximos partidos.

Como casi siempre al Xerez le crecen los enanos en el momento menos oportuno. Parece nuestro sino, estrellarnos una y otra vez contra el muro de nuestro destino, cruel y doloroso, negándosenos cualquier mínima alegría que motive a una afición maltratada por propios y extraños y cansada, muy cansada de ir de palo en palo. Y los últimos golpes han sido duros, muy duros.

Pero esto es el Xerez CD y las cosas cuestan más, mucho más que en cualquier otro sitio y hay que pelear duro, muy duro para salir adelante y conseguir revertir la tendencia negativa y lograr los objetivos marcados. Toca atarse los machos desde todos los estamentos del club. Jugadores y cuerpo técnico deben aislarse de los problemas y volver a la senda de la intensidad, buen juego y resultados positivos que nos hizo disfrutar de un mes de octubre casi perfecto.

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Los dirigentes, los de ahora y los que se fueron pero están cerca del club y también quieren lo mejor para la entidad, están obligados a encontrar soluciones, están obligados a entenderse y a luchar por sacar adelante un proyecto que se quedó en nada a finales de la temporada pasada por una serie de decisiones erróneas que nos privaron de un ascenso que tuvimos en la palma de la mano durante más de tres cuartas partes de la temporada.

Y por último los aficionados, quizás no demasiado numerosos pero muy fieles y preocupados por la situación actual y la futura. Todos debemos aportar y remar en la misma dirección si queremos que esto siga adelante y que podamos llegar a celebrar las bodas de brillantes, el 75 aniversario de un club que, aún pasando por los peores años de su historia, sigue vivo y con ganas de volver a ser lo que un día fue.