Tribunales

El acusado del accidente con 2 jóvenes fallecidas en Corbán lo achaca a un despiste

Se enfrenta a una petición de pena del fiscal de seis años de prisión por dos delitos de homicidio por imprudencia grave e indemnizaciones para los familiares de las dos mujeres que superan los 435.000 euros

El conductor acusado por el accidente mortal de la rotonda de Corbán (Santander), durante un juicio contra él. / Juan Manuel Serrano Arce - Europa Press

Santander

El acusado de provocar un accidente en julio de 2020 en la rotonda de Corbán (Santander) en el que murieron dos jóvenes ha reconocido en la primera sesión del juicio que conducía bajo los efectos del alcohol, pero ha negado que lo hiciese a más de 100 kilómetros por hora en una zona limitada a 50 como estima la Guardia Civil, y ha achacado la colisión a un despiste suyo por mirar el móvil de su acompañante.

Su relato de los hechos en el primer día del juicio que se sigue contra él en la Audiencia de Cantabria no lo ha confirmado la joven que le acompañaba, que no vio cómo conducía ni el accidente porque "justo en ese momento estaba enviando" un mensaje de móvil. "Iba totalmente ajena a mi alrededor", ha explicado.

La declaración del acusado no ha coincidido tampoco con lo manifestado por los testigos presenciales que han declarado que vieron su coche bajar a "gran velocidad", según casi todos ellos a más de 110 kilómetros por hora, como en un "rally" camino de la rotonda, donde impacto con el vehículo en el que viajaban las dos chicas, que resultaron heridas graves y fallecieron en los días siguientes.

"Lo estoy pasando muy mal. Es el peor momento de mi vida y siento todo el daño que he hecho". Así ha concluido su declaración el acusado, que se enfrenta a una petición de pena del fiscal de seis años de prisión por dos delitos de homicidio por imprudencia grave e indemnizaciones para los familiares de las dos mujeres que superan los 435.000 euros, que en su mayor parte ya ha sido abonada por su aseguradora.

Antes, ha explicado que el accidente ocurrió después de que estuviese comiendo con vino y tomase una copa con la joven que le acompañaba, a la que se ha referido como su "pareja", aunque ella ha precisado que "no era una relación consolidada". Y ha rechazado que condujese el vehículo, que estaba modificado para aumentar su rendimiento, a más del doble de la velocidad limitada en la vía de bajada hacia la rotonda, donde el atestado de la Guardia Civil estima que la colisión se produjo a cerca de 80 kilómetros por hora.

"Iría a unos 70 kilómetros, aunque no puedo concretar. Creo que no iba a la velocidad que dice la Guardia Civil", ha valorado el acusado, quien ha explicado que cuando llegó a la rotonda iba mirando el teléfono móvil de su acompañante y cuando levantó la vista frenó e intentó esquivar el otro vehículo, sin conseguirlo. "No me dio tiempo a reaccionar", ha apostillado.

La joven que le acompañaba no ha podido confirma esta descripción de los hechos, aunque sí que ha reconocido que iban "a una velocidad un poco más alta de lo normal". "El impacto me pilló por sorpresa, justo estaba mandando un whatsaap y no sé si estaba pendiente de mí. Yo iba a mis cosas", ha alegado.

Las personas que vieron el accidente tampoco han respaldado el relato del acusado, que, según el primero de los testigos que llegó a la altura del coche en el que viajaban las dos jóvenes tras el impacto, bajaba en su coche "despendolado". "Yo lo que recuerdo es el ruido del motor y el chirrido de las ruedas", ha señalado.Y ha recordado que lo siguiente que vio fue el impacto y el coche rojo de las dos jóvenes "salir volando", antes de presenciar, cuando acudió a asistirlas, un "espectáculo dantesco".

El resto de testigos ha descrito los mismos ruidos antes del accidente, el fuerte sonido del motor y el chirrido de neumáticos, y han declarado, en su mayoría, que "solo" vieron acelerar el coche, pero no frenar antes del impacto. "Me adelantó como un avión", ha dicho un conductor al que el acusado superó con su vehículo momentos antes del accidente. "Iba culeando y acelerando como en los rallys, con una conducción deportiva", ha relatado otro testigo, un aficionado a ese tipo de carreras que le vio pasar cuando esperaba en un semáforo con su bicicleta y que ha recordado que hizo gestos al acusado para que redujese la velocidad, que ha estimado en "más de 130 kilómetros por hora".

El juicio en la sección primera de la Audiencia de Cantabria continuará este martes, miércoles, a partir de las 9.30 horas, con las pruebas periciales.

 
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