El más necesario de un pueblo

Caleruega

Sabiniano lleva 9 años siendo alguacil de Caleruega. Allí le llaman 'Sabi' y en diciembre se marcha porque se jubila. Claro, que con 47 años trabajados bien merece un descanso, y un homenaje como el que hoy le hemos realizado en nuestro Destino Ribera. "Manitas, apañao' y predispuesto, no sé qué haremos sin él", dice Lidia Arribas, la alcaldesa de la localidad.

Justo le pillamos tras tramitar su jubilación. "Ya está en marcha, ya solo falta que llegue la paga sin trabajar", dice. Pero no se equivoquen, él siempre ha ido a trabajar "con orgullo y satisfacción". "Pero ya tenemos bastantes años trabajados. Y ya está bien después de tantos años, los que vienen ahora estas generaciones eso no lo podrían hacer ni aunque volvieran a nacer, empiezan tarde a trabajar", explica.

¿Qué hace un alguacil?

"Estamos pendientes siempre de todo, hay que estar a todo. El vecino que necesita esto, lo otro, la luz... Tengo muchas anécdotas. Sé de electricidad, fontanería, albañilería... Yo no me puedo quejar de los vecinos, pero algunos no se merecen lo que hacen. Algún contenedor estaba ardiendo ayer con las cenizas, eso no es así. La gente ha de hacer las cosas como se deben. Nadie nunca me ha dado guerra. Nunca me han llamado a altas horas", explica, aunque reconoce entre risas que "el otro día un quinto que me llamó a las seis de la mañana, que se había ido la luz, estaba un poco pa' allá... Claro te meten altavoces, cámaras y bullicio y eso salta".

Ahora Sabi descansará, aunque solo de palabra. Porque no va a parar. "Me gustan las reliquias; tengo cosas para restaurar, y luego estaremos al pie del Ayuntamiento para todo lo que necesite", dice, comprometiéndose a Caleruega, porque ha echado raíces... y demasiadas horas.