Miku: "A día de hoy, podríamos jugar ya tranquilamente en Segunda A"
"Me he encontrado una ciudad que tiene todo lo que mi familia necesita para su desarrollo", dice el jugador sobre A Coruña
A Coruña
A sus 36 años, aunque él "no lo catalogaría así", el venezolano Miku Fedor vive una segunda juventud: ha jugado todos los partidos de la temporada con el Deportivo y ha marcado seis goles claves para su equipo en Primera Federación, la tercera categoría del fútbol español, a la que el delantero da valor y ve próxima al fútbol profesional.
En una entrevista con Efe, el veterano futbolista considera que ha encontrado su sitio en el Deportivo, el club al que reforzó en el fútbol de bronce la temporada pasada, con el que renovó en verano su compromiso con el objetivo de llevarlo de vuelta a LaLiga SmartBank tras haber estado en Ligas como las de India, Qatar o Chipre y al que ve capacitado "ya para jugar tranquilamente en Segunda A".
Cuando se le pregunta si vive una segunda juventud en su carrera, responde que él "no lo catalogaría así". "Es cierto que estaba en el fútbol digamos exótico, o menos competitivo, o con menos repercusión, pero el fútbol sigue siendo fútbol en todos los sitios", precisa.
"Cuando fui a Qatar, estaba en LaLiga española y recibí muchas críticas en Venezuela, y ahora James (Rodríguez), el 10 de Colombia, está jugando allí… Eso quiere decir que el fútbol ha evolucionado. El Barcelona ha traído un entrenador (Xavi Hernández) que, aunque se formó allí, estaba en Qatar", arguye.
Miku traslada "el mensaje" de que "el fútbol en todos los sitios ha evolucionado muchísimo y, obviamente, hay diferencias, pero no tantas como la gente cree".
En un histórico de LaLiga española, uno de los nueve campeones, que también levantó dos Copas del Rey y tres Supercopas y jugó cinco temporadas seguidas la Liga de Campeones, Miku ha confirmado que está de vuelta.
"Estoy contento. Y cuando uno tiene esa buena energía, esa buena vibra… He aprendido muchísimo estos años en cuanto al manejo mental, la forma de encarar y sobreponerme a las adversidades, disfrutar de mi profesión, que antes no era que no lo hiciera, pero el grado de presión que yo mismo me autoexigía y me autoimponía a veces era perjudicial", confiesa.
"Hoy en día", añade, "sigo siendo muy autoexigente, pero me exijo de otra forma y, al final, estoy disfrutando mucho".
En A Coruña, una ciudad próxima a los 250.000 habitantes, con el océano Atlántico bañando sus costas, con muchos venezolanos que tienen antepasados gallegos y ahora regresan, Miku ha encontrado su sitio.
"Podría ser. Yo creo que, como todo en la vida, en cualquier trabajo, si uno tiene un entorno favorable, se desarrolla mejor. En ese sentido, me he encontrado una ciudad que tiene todo lo que mi familia necesita para su desarrollo, mis hijos, mi esposa y luego hay gente muy amable, una buena gastronomía, el clima no es tan malo como la gente ve desde fuera…", enumera.
Incluso valora la puesta en marcha del tren de alta velocidad: "Ahora, con el AVE, estamos mejor comunicados. Al final hay muchos condicionantes y también un club de élite, que es fundamental".
En ese entorno, Miku aspira a seguir marcando goles para devolver el Deportivo al fútbol profesional, en el que llevaba cerca de cuarenta años cuando dos descensos casi consecutivos le llevaron de Primera División a la tercera categoría.
"Me veo ayudando a que el club consiga el éxito y vuelva lo más pronto posible adonde se merece. Mucha gente desconoce esta categoría y la enfocan como una Tercera División y yo creo que es un error porque nosotros somos un equipo que podría jugar tranquilamente a día de hoy ya en Segunda División A", advierte.
En ese sentido, asegura que "los primeros cinco equipos de cada grupo" podrían "jugar en Segunda División y están construidos para eso".
"Así que creo que es una categoría intermedia, que no es fácil y ojalá pues acabe el año y estemos celebrando, que eso sería que hicimos toda la temporada las cosas muy bien", opinó.
El Deportivo y Miku han ido por caminos en paralelo en los últimos años: una caída con billete, por lo que parece, de vuelta a la élite.
"Ojalá que sea como que renacemos de nuestras cenizas, que podamos disfrutar del fútbol, digamos, profesional, y que el club vuelva a estar donde todos queremos", incide el venezolano, que de niño visitaba con frecuencia la Hermandad Gallega de Caracas, donde se empapaba del fútbol y las costumbres españolas.
"En Venezuela hay una cantidad gigantesca de gallegos, que, cuando España no estaba bien, fueron a buscar un mejor porvenir y, con mucho trabajo duro y sacrificio, tuvieron una gran vida. Tienen un centro, la Hermandad Gallega, hay dos en Caracas, a las que iba mucho. Comías tortilla, veías los partidos de la Liga española, los bailes típicos… y al final creas ese nexo", reconoce.
Ahora, las tornas han cambiado: "Cuando vienes a Galicia, parece que el tiempo no pasa, que la misma gente está aquí, que los hijos o nietos de esos españoles que fueron ahora están regresando buscando un mejor futuro en España", reflexiona.