El espejo

Pamplona

El pasado 4 de junio a esta misma hora nos dio por mirarnos en el espejo. Mirar con nuestros ojos cómo se ensalza a genocidas y criminales en otros puntos del mundo. Ese día os hablé de Ante Gotovina y el mural con su retrato que te recibe cuando entras en Sibenik, municipio patrimonio de la Humanidad en la costa croata.

Ese día nos miramos en el espejo de Croacia para entender cómo quien fue alcalde de Pamplona durante 4 años no era capaz de pedir que se acabaran los recibimientos publicos de presos de ETA cuando salen de la cárcel.

Difícil pensar que tratar como un héroe a quien el consenso de la realidad define como asesino. Han pasado 6 meses y los presos de ETA son quienes dicen ahora que mejor les reciban en casa, nada de actos en la calle, nada de ongietorris. Dicen además que lo hacen por las víctimas.

Las víctimas y la memoria hoy en la SER. Pero no nos engañemos. Mal vamos si es sólo a las víctimas a las que el recibimiento con honores a asesinos cuando salen de la cárcel les ofende. Ni en la Txantrea, ni en Los Caídos. ¿Si no lo vemos es que tenemos un problema de salud democrática, verdad?