Una visita con arte al jardín y al palacio de la Diputación Provincial de Cuenca

Cuenca

Este otoño, la Diputación de Cuenca ha recuperado el programa de visitas al jardín y al palacio provincial denominado El Palacio del Arte con el objetivo de enseñar a los conquenses los tesoros artísticos, pictóricos, escultóricos y botánicos que custodia más allá del enrejado que circunda el recinto entre las calles Aguirre, San Francisco, General Fanjul y Ramón y Cajal. Las visitas se desarrollan en distintos pases los sábados. Pueden apuntarse a las citas de diciembre llamando al teléfono 626 41 06 45. Para el domingo 19 se anuncia una visita para niños. Nos hemos sumado a una de ellas para acompañar a un grupo de visitantes y seguir las indicaciones de Laura Higueras Martínez, la guía encargada del recorrido. Lo podéis escuchar en el siguiente reportaje que hemos emitido en Hoy por Hoy Cuenca.

El actual Palacio Provincial de la Diputación se levanta en lo que fue antiguamente el campo de San Francisco. Antes del actual edificio, construido a partir de 1890 (el tercer piso con cubierta en forma de mansarda se levantó en 1981), estaba por aquí la glorieta, espacio de recreo de los conquenses. En la actualidad, este palacio sigue acogiendo el gobierno de la Diputación de Cuenca compuesto por veinticinco diputados elegidos entre los concejales votados por los ciudadanos en los comicios electorales municipales y que representan a los cuatro partidos judiciales de la provincia: Cuenca, Tarancón, San Clemente y Motilla del Palancar. El actual presidente es Álvaro Martínez Chana.

Así comienza la visita, con una introducción histórica en la que se informa a los asistentes de la creación de las Diputaciones tras las Cortes de Cádiz de 1812. Tras la división territorial de España en las provincias actuales, la Diputación de Cuenca se creó en 1835. Pero este programa de visitas busca descubrir al ciudadano el arte que se guarda en este espacio y la explicación de Laura se desvía pronto al entorno más inmediato: el jardín provincial.

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El jardín

Al entrar en el recinto por la calle Aguirre nos topamos con el jardín francés donde reina la simetría con las borduras de la entrada, las fuentes y unas bolas de boj, o buje como le llaman, “que dicen que representan a los veinticinco diputados de la corporación provincial”, explica Laura. Dos tejos flanquean la entrada y una hilera de tilos plantados hace treinta años cierran y dan intimidad al jardín desde la pared de la calle Aguirre. Hay otra parte en este vergel urbano de estilo inglés que se adapta a las condiciones del terreno con taludes recubiertos de vegetación, sobre todo en el fondo, hacia las calles San Francisco y Ramón y Cajal.

Aunque la actual disposición ornamental del jardín la llevó a cabo un taller de empleo entre 1997 y 1999, entre las especies arbóreas encontramos ejemplares centenarios de grandes dimensiones como los castaños de indias. En total se cuentan dos docenas de especies botánicas entre las que vemos un magnolio, dos laureles, varias piceas, cipreses, yedras, una parra, una noguera, árboles del amor y varios rosales, entre otras especies exóticas.

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Esculturas

En cuanto al arte, hay en el jardín algunas esculturas de Leonardo Martínez Bueno (Maternidad), de Luis Marco Pérez, Vicente Marín o el conjunto de la rendición de Cuenca ante el rey castellano Alfonso VIII obra de Miguel Zapata. Todo de artistas conquenses, muchos de ellos formados con becas de la Diputación provincial a lo largo del siglo XX.

También se conserva en este jardín una gran columna “que procede de una de las antiguas fuentes que había por esta zona cuando se creó el jardín provincial y no del Monumento a los Caídos el 15 de julio que estaba en el edificio del antiguo Icona, como se dice por ahí”, recalca Laura.

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Planta baja

La visita continúa en ya en el interior del palacio con una primera parada en el salón de actos, en la planta baja, “también conocido como salón rojo”, dice Laura, mientras explica que este espacio acoge distintos eventos públicos tanto organizados por la propia Diputación como por otras asociaciones o colectivos “ya que está a disposición del público”.

Preside, en la parte superior de la pared del fondo, un gran escudo de la provincia de Cuenca “dividido en cuatro cuarteles, el primero con los emblemas de Castilla, el segundo con el cáliz y la estrella que representan a la capital, el tercero con un pino que simboliza la provincia y el cuarto con el libro del Fuero de Cuenca”. A los lados, en la parte superior de las paredes, se suceden los escudos de los antiguos partidos judiciales de la provincia: Tarancón, San Clemente, Motilla del Palancar, Huete, Cañete, Belmonte, Cuenca y Priego.

Continúa la visita en busca de distintos elementos pictóricos o escultóricos como los dos bustos de Fausto Culebras, otro de los grandes escultores conquenses del siglo XX, en los que se representa al condestable de Castilla don Álvaro de Luna y al navegante y conquistador Alonso de Ojeda.

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La escalera

A mitad de la escalera central que sube al segundo piso, un espacio revestido con mármol de Portilla, “aquí todo está construido con materiales de Cuenca”, dice la guía, nos detenemos para admirar el cuadro al óleo de Benito Pérez Chust titulado Mi patria y subtitulado Episodio histórico sobre la reconquista de Cuenca.

Primera planta

Mientras pasamos por la puerta de los despachos de presidente provincial o de otros cargos o grupos políticos, nos detenemos ante otras pinturas como un San Julián del siglo XVI rescatado del desaparecido retablo de la antigua residencia provincial.

Otros cuadros más modernos flanquean este pasillo de la segunda planta en los que se retrata a los presidentes de la Diputación del actual periodo democrático: Ángel Álvaro, Pedro Saugar, Julián Córdoba, Mariano Arribas, Marina Moya, Luis Muelas, Juan Ávila y Benjamín Prieto.

También pueden ver los participantes en esta visita el salón de plenos y el salón azul con un precioso artesonado y la exposición de antiguos instrumentos de la Banda Provincial de Música.

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Retablo conquense

Termina la visita frente al mural creado por el pintor conquense Víctor de la Vega en 1987 con el nombre de Retablo conquense. En gran cuadro en el que uno se puede pasar horas descubriendo cada detalle, desde los paisajes de las comarcas de Cuenca, representados en la parte superior, a los monumentos como el castillo de Belmonte, el de Alarcón, Valeria o Segóbriga, el monasterio de Uclés, la Puerta de la Virgen de Cañete, la Torre del Reloj de Huete o el convento del Rosal de Priego.

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Preside el mural el rey Alfonso VIII en su trono y a su alrededor vemos a un sinfín de destacados personajes conquenses de todas las épocas. Nuestra guía destaca a algunos como el cardenal Gil de Albornoz, los hermanos Juan y Alonso de Valdés, los orfebres Becerril, los arquitectos Francisco de Mora y su sobrino Juan Gómez de Mora, los Hurtado de Mendoza, el pintor Juan Bautista Martínez del Mazo, el poeta Federico Muelas, Fray Luis de León o Lorenzo Hervás y Panduro. También se detiene en los pocos rostros femeninos como el de Luisa Sigea de Velasco, la escritora llamada la Minerva del Siglo, o la filántropa Gregoria de la Cuba.

Y quedan otros muchos. En el retablo hay cerca de setenta. El juego identificativo lo pueden seguir los participantes en esta visita en casa porque a cada uno de ellos se les regala una lámina de este mural de Víctor de la Vega con los nombres de cada personaje numerados sobre la pintura para que puedan descubrir quién es cada uno.