El Convento de Santa Clara se convierte en patrimonio público de la ciudad
Este miércoles 1 de Diciembre es un día Histórico en Pontevedra. Así lo dijo el alcalde de Pontevedra al tomar posesión del convento de Santa Clara que desde esta mañana pertenece ya al Patrimonio Municipal
undefinedIván Montáns
Pontevedra
A mediodía se firmó la escritura de compra por parte del Ayuntamiento, en un acto privado celebrado en una notaría de Pontevedra. Una operación de 3,2 millones de euros que el Concello pagó a las Clarisas, y que fue rubricada por el alcalde Fernández Lores y por la Madre Superiora de la orden, venida exprofeso a Pontevedra.
Posteriormente, fue el propio Alcalde, acompañado de varios concejales del BNG quien protagonizó un acto simbólico para escenificar la toma de posesión por parte del Concello.
Fernández Lores se hizo la foto abriendo la puerta del recinto, bajo una ligera lluvia, que según manifestó era un símbolo de las lágrimas de Santa Clara por la pena al vender el recinto religioso, y al mismo tiempo lágrimas de satisfacción del Gobierno local por conseguir este entorno para el uso público.
Todo el recinto de Santa Clara aporta al patrimonio municipal un total de 12.000 metros cuadrados que se incorporarán al espacio público, y que según Fernández Lores solo es comparable a la incorporación a la ciudad en el siglo XIX de la actual Alameda diseñada por Alejandro Sesmeros.
A partir de hoy, el Concello pondrá en marcha una amplia programación para dar a conocer este recinto. Comenzará este viernes con una visita para toda la Corporación, y a partir de la próxima semana, se programarán visitas guiadas para todos los ciudadanos, según reclacó el alcalde.
A raíz de este acto, el PP ha manifestado su apoyo a la compra de Santa Clara. Pero Rafa Domínguez reclama propuestas concretas al Gobierno municipal para conocer el destino de este recinto, y pide que su integración al Museo suponga la anulación del proyecto de Cesar Mosquera para ampliar de forma subterránea los tres edificios de la Plaza de la Leña.
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Pues precisamente el concejal pontevedrés y Vicepresidente de la Diputación, César Mosquera, durante el acto celebrado esta mañana explicó Radio Pontevedra los planes que baraja el Gobierno local para el futuro de Santa Clara.
César Mosquera tiene claro que Santa Clara pasará a formar parte del Museo de Pontevedra, pero reconoce las condiciones y los usos que tendrá están aun por decidir, ante la complejidad que requiere una reforma integral de todo el recinto religioso.
Otro de los aspectos a aclarar es la integración de Santa Clara con la Plaza de Barcelos. Patrimonio no permite demoler todo el muro de cierre, pero sí abrir algún acceso. El problema está en la diferencia de cota de hasta tres metros altura que tiene la plaza de Barcelos con la huerta del convento .
El Vicepresidente de la Diputación reconoce que la restauración integral de Santa Clara será muy costosa, pero entiende que será un dinero bien invertido.
Recordemos que el acuerdo de compra incluye también el compromiso del Concello de Pontevedra de custodiar y preservar los bienes religiosos que aun quedan dentro del Recinto: los cuatro retablos del siglo XVIII, un púlpito de finales del XVIII, el órgano y las sillas del coro de 1795, permanecerán en el convento en régimen de depósito durante un período de cuatro años. Estos bienes fueron valorados en 541.000 euros, y finalizado este plazo la Iglesia decidirá si los asume y por tanto los traslada, o si quedan definitivamente en poder del Concello a cambio del valor de tasación.
El Convento de Santa Clara está vacío desde el año 2017, cuando las últimas monjas de clausura abandonaron la ciudad, debido a su avanzada edad. Pero en este recinto llegaron a convivir más de 50 monjas.
Las Clarisas se instalaron en la ciudad de Pontevedra en el s. XIII, siendo entonces una orden mendicante. En la segunda mitad del siglo XIV comenzó la construcción de la iglesia del convento, de estilo gótico ojival.
Se levantó extramuros de la ciudad, junto al antiguo Camino de Castilla, al lado de la Puerta de Santa Clara, una de las cinco entradas de la antigua muralla. El cenobio fue fundado en 1.271. El interior del convento cuenta con un claustro con jardín en forma de cruz, un cruceiro y una fuente muy parecida a la de la plaza da Ferrería.
Entre las curiosidades del Recinto figura un arco interior que separa la zona de la entrada con la zona privada de clausura. En él está escrita esta frase: "Déjalo todo y lo hallarás todo. La llevaré a la soledad y te hablaré al corazón. Toma tu cruz y sígueme".
En el interior hay una amplia zona verde destinada a huerta, con un pozo, árboles frutales e incluso restos de una antigua viña. De hecho las monjas llegaron a elaborar su propio vino y contaban incluso con un lagar. También hay un pequeño cementerio que cuenta con unos 70 cuerpos enterrados, que tendrán que ser exhumados antes de afrontar cualquier tipo de reforma interior.
En sus tiempos de bonanza, la zona más secreta del convento era la sala del archivo a la que solo se podía acceder por una pequeña puerta de metro y medio de altura, que tenía tres llaves, cada una en poder de una monja. Una de ellas la tenía la abadesa.