Regreso a Cueto y a Clarín

Asturias

¿Quién no recuerda aquello de que "para conocer Asturias, lo primero es llegar"? Bueno, claro, los de Secundaria y dos de bachillerato porque la frase no figura entre las pantallas que nos habitan y avisan ya a todos. Y es inútil preguntarle al móvil con los muñones, digo, con los pulgares, pues la frase de Juan Cueto Alas en su Guía secreta de Asturias nos la hurta esa realidad virtual-consultiva que tanto defendió el intelectual playu-carbayón. Aquí me agarro a "mi honrado saber", en expresión gloriosa del epílogo en la última de Javier Marías.

Total que no uno sino dos mercancías, de momento, (ignoro lo que transportaban si es que algo llevaban) descarrilaron en las rampas de Pajares incomunicándonos por ferrocarril estos últimos días y obligándonos a subir al autobús para ir o volver a o de León desde donde en dos horas el tren llega o viene a o de Chamartín. Lo gordo es que incluso algunas de esas "línias" desde Gijón, además de parar en Mieres y Pola de Lena, hicieron escala técnica en Casa Quico. Y así todo llegaron a su destino media hora antes del horario previsto.

Y ya no solo es que te vendan un billete de Velocidad Alta, nunca pasa de 250 por la meseta que abandona las calizas para abrazar los granitos, cuando la mitad o más del viaje en Alvia no es ni siquiera el de un Cercanías. Es que este Adif, esta Renfe nos trasladan o transportan a la estación del recuerdo, más actual ahora que todas nuestras virtualidades, vanidades y extravíos. Regreso entonces a Cueto y a Clarín.