Recelan de los 'supermercados fantasmas'

Valencia

Las aplicaciones de los móviles han permitido satisfacer más necesidades, ampliar el mercado y generar nuevas actividades. Pasó primero con el alquiler de motos compartidas, después fueron los patinetes e incluso los coches, aunque en estos dos últimos casos la experiencia valenciana no ha sido positiva.

Ahora llegan los supermercados fantasmas, o incluso las cocinas fantasmas. Al ser actividades desconocidas hasta ahora es normal que generen recelos entre los vecinos de los bajos donde se han instalado.

Vecinos que ven truncada su tranquilidad por la entrada y salida constante de repartidores. Pero quienes de verdad deberían recelar de estas nuevas actividades son las administraciones. Los ayuntamientos porque esta nueva realidad les obliga a cambiar las ordenanzas. Y también la inspección de trabajo, ya que este tipo de actividades muchas veces son nichos de trabajo precario.