Madrid erige una cabina roja en homenaje a Antonio Mercero
La cabina rememora el mediometraje en el que José Luis López Vázquez quedó apresado en una cárcel de cristal y hierro rojo
Madrid
Coincidiendo con la progresiva desaparición de las cabinas telefónicas en Madrid, uno de estos históricos cubículos está desde hoy en una calle de la ciudad para homenajear a Antonio Mercero, el director que en 1972 conmocionó con un mediometraje en el que José Luis López Vázquez quedó apresado en una cárcel de cristal y hierro rojo.
La cabina roja se encuentra en un céntrico barrio de Madrid, el de Chamberí, y ha sido descubierto en un acto en el que han participado autoridades locales y del distrito, así como representantes de Telefónica y la Academia de Cine, junto a familiares de Antonio Mercero y David Linares, el guionista e impulsor de esta iniciativa.
Linares ha recordado que "esta cabina nació de un tuit", en 2018, cuando falleció en Madrid el director de cine y televisión nacido en Lasarte (Guipúzkoa) en 1936.
La idea de homenajear al realizador de otras obras que perduran en la memoria colectiva como "Verano Azul", "Farmacia de guardia" o "Crónicas de un pueblo" se consolidó en la plataforma change.org, y después fue aprobada por el Ayuntamiento de Madrid, que escuchó "una propuesta ciudadana, la ha hecho suya, la ha mimado y la ha hecho realidad", con la unanimidad de todos los grupos, ha añadido Linares.
Una cabina que se ha instalado finalmente hoy muy cerca de la plazuela donde se rodó la famosa película y que se erige encima de un pedestal con el siguiente mensaje: "El Ayuntamiento de Madrid, como homenaje a la película 'La cabina' y a su director, Antonio Mercero, por su contribución a hacer de Madrid una ciudad de cine y un referente cultural".
Ignacio Mercero, hijo del cineasta que ha hablado en representación de la familia, ha dicho que están "encantados, y más aún viendo la maravilla de réplica que ha hecho" la Fundación Telefónica, a la que ha dado las gracias, como a Linares, la Academia de Cine y al Ayuntamiento de Madrid, "tanto al Gobierno anterior como a este".
"Porque como ha dicho David (Linares), había unanimidad en todos los partidos, y quiero hacer hincapié en eso porque esa unanimidad es un poco el reflejo de los ciudadanos, porque también había unanimidad" entre los españoles "cada vez que veían algo" firmado por su padre, ha apostillado.
Para su hijo, el director tenía "la asombrosa cualidad de coger el pulso de cada espectador", de "transmitir valores universales y atemporales": "Solo hay que ver 'Verano Azul', que se sigue viendo cuarenta años después, o 'La cabina', que se sigue viendo cincuenta años después, o 'Farmacia de Guardia'".
"Con cada historia que contaba daba lecciones de vida", ha resaltado Ignacio Mercero, para quien es una "hermosa paradoja que justo cuando mueren todas las cabinas" en España "nazca esta como la única cabina, la cabina de Antonio Mercero".
Una cabina con un Emmy
El mediometraje, que dura poco más de media hora y está disponible en la web de RTVE, fue dirigido en 1972 por Antonio Mercero, con guion escrito junto a José Luis Garci.
Se emitió por primera vez en Televisión Española el 13 de diciembre y un año después, en 1973, consiguió un Premio Emmy Internacional al mejor telefilme y un Fotogramas de Plata al mejor intérprete de televisión para su protagonista.
Un protagonista sin nombre -y sin voz durante la mayor parte del metraje para acrecentar la sensación de aislamiento- encarnado por José Luis López Vázquez, que se ve encerrado en una cabina telefónica recién instalada en una plaza, ante la jocosa mirada de un cada vez más nutrido y costumbrista grupo de curiosos y ante los infructuosos intentos de un rosario de personas que intentan ayudarle usando la maña o la fuerza.
Pero todo es en vano y unos operarios acaban trasladando por carretera la cabina en un viaje en el que el protagonista empieza a presagiar el oscuro final al que está abocado.