¡Sálvese quien pueda!

Alcoi

Estamos metidos en el punto álgido de la campaña navideña y es un buen momento para reflexionar sobre la situación del sector comercial en Alcoy. Aunque las hemerotecas están llenas de presentaciones de planes estratégicos para el comercio local, la experiencia nos dice que este importante pilar de la economía alcoyana lleva décadas funcionando bajo el lema del ¡sálvese quien pueda!, adaptándose al cambio de los tiempos sin ningún tipo de planificación.

Los que tenemos una cierta edad todavía recordamos la época en la que todas las tiendas importantes estaban en el casco histórico. El espacio comprendido entre San Nicolás, San Lorenzo y San Francisco funcionaba como un potente corazón comercial de la ciudad. La degradación y la pérdida de habitantes del centro fue provocando cierres y fugas de numerosos establecimientos, llenando calles históricas con un paisaje de persianas bajadas y de carteles de se vende. La llegada del grupo Zara y la apertura del Centro Comercial de Alzamora convirtieron la zona de Alameda en una auténtica milla de oro, que arrastró multitudes durante un par de décadas. Ahora, tras el cierre de los comercios del grupo Inditex y el escaso éxito del complejo del antiguo cuartel se están produciendo un nuevo cambio del eje comercial de la ciudad, cuyo principal beneficiario podría ser un casco histórico al que el Ayuntamiento quiere aplicar un ambicioso plan de peatonalización. Nuestro destino parece ser el de desvestir a un santo para vestir a otro; o lo que es lo mismo, revitalizar un área comercial mientras se arruina a su competidora. El que tenga alguna duda al respecto, sólo tiene que ver el triste panorama de tiendas cerradas que preside el tramo de Alameda entre la Rosaleda y el Pont de la Petxina.

Sorprende que una ciudad que aspira a ejercer la capitalidad comarcal y que ha jugado fuerte en este sentido en terrenos como la cultura y el turismo, haya dejado a la buena de Dios a un sector tan estratégico como el comercio. Instituciones económicas y ayuntamientos de todos los colores políticos se han mostrado incapaces de montar un modelo claro de ciudad comercial y el resultado de esta incompetencia es una oferta anárquica y desordenada, incapaz de atraer compradores foráneos.