Regresa la elaboración tradicional de aguardiente en vivo a Jubrique
Málaga
Jubrique celebra este domingo, 26 de diciembre, la octava edición del concurso de aguardiente, una fiesta que reconoce el pasado licorero de este municipio malagueño.
Este certamen tiene como "principal objetivo poner en valor una tradición arraigada, que en momentos pasó a ser clandestina y que ahora supone uno de los mayores reclamos turísticos de la localidad" precisa el ayuntamiento en un comunicado
"Asistir a un evento así es desconectar con la ciudad para conectar con la naturaleza y sus frutos. Es alejarse de las masas para acercarse con la gente del pueblo, sus historias, sus recetas. Es sumergirse en un mundo donde cada detalle emerge para hacernos sentir parte del lugar y es que al final son esas pequeñas cosas las que nos llevan a Jubrique: la tranquilidad de sus calles, las tradiciones, la hospitalidad de su gente, los aromas del aguardiente recién destilado y los buñuelos recién hechos”, ha subrayado este miércoles Alberto Benites, alcalde de Jubrique.
En esta edición, serán 10 competidores con sus 10 alambiques los que participarán destilando aguardiente en directo, la mayoría de Jubrique, pero también de municipios del Valle del Genal como Faraján..
Al finalizar el certamen, un jurado examinará y catará los licores elaborados.
Para calificar los aguardientes, tendrán en cuenta una serie de parámetros como son: graduación alcohólica -que debe situarse en 40º con un pequeño margen de error-, el sabor, el olor y el color.
Los árabes introdujeron esta práctica y su origen en Jubrique se remonta al siglo XVIII, hasta que cayó en desuso por la plaga de la filoxera.
Durante los años de mayor auge, en esta localidad se contabilizaron hasta 70 alambiques. El licor era reconocido por su calidad en todos los pueblos del entorno, hasta el punto que desde entonces se conoce a Jubrique como "el del Aguardiente”.
En la actualidad, solo de manera ocasional se fabrica esta bebida alcohólica en las casas del pueblo.
En cuanto a la elaboración del aguardiente, se consigue mediante la realización de un proceso químico básico en el que se calienta el mosto para evaporar su alcohol. Después se enfría para adoptar un estado líquido.
El proceso comienza con la introducción en el alambique del mosto para su primera destilación, consiguiendo el alcohol de alta graduación.
A continuación, se pone matalahúva en el interior del alambique y se le añade el alcohol resultante para realizar una segunda destilación.
En este punto es necesario desechar el primer licor y el último para aprovechar el que sale en mitad del proceso.
Por último, solo faltaría añadir agua para rebajar la graduación alcohólica y situarla en unos 40 grados.
Para obtener un litro de aguardiente son necesarios alrededor de 7 litros de mosto.