Verónica Casado: "Hay que ordenar la Atención Primaria o colapsará seguro"

Aranda de Duero

Verónica Casado vuelve a su bata. A su vida de médico. "Me apetece, pero también es verdad que estos dos años y medio han sido los más duros de mi profesión por muchos motivos, no solo por la pandemia. Pasas de un pedestal de prestigio donde te reconocen como mejor médico de familia del mundo a parecer una persona que parece que no sabe de nada, y eso es muy duro en lo personal", reconoce. Han sido dos años los que esta profesional sanitaria ha estado al frente de la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León. Fue fulminada hace unas semanas -y no de las mejores formas- y este martes ha atendido los micrófonos de Radio Aranda para hablar de su pasado, presente y futuro, pero también el de su profesión y que por ende corresponde a una comunidad envejecida que clama por una sanidad rural digna y de calidad.

Reforzar y reorganizar la atención primaria

"Tenemos uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo. Está mal la salud rural pero el 60% de nuestros profesionales trabajan para el 40% de la población. Hay que ordenar la Atención Primaria o colapsará seguro. Y no solo la primaria rural sino la urbana, no hablo solo de las ciudades, hablo de Toro, Benavente, Ponferrada, Miranda... Tenemos un médico por 900 habitantes, lo que pasa es que hay un 30% con menos de 500 tarjetas. Distribuirlo no es que la gente se quede sin médicos. A la gente se la puede atender hasta a domicilio. Hay veces que esa sensación de necesidad de que vaya muchas veces el médico es más por lo social que por necesidad sanitaria. Algún alcalde me decía que los abuelitos no sabían pedir cita, y yo les decía que entonces qué hacían ellos, si no les podían ayudar a que se conecten al sistema", explica, dejando claro que "a día de hoy tenemos recursos pero no en los próximos cinco años porque se van a jubilar muchos médicos" y que por ello no tiene sentido que haya más de 3.000 consultorios atendidos por poco más de 2.000 médicos.

Es más, desvela Casado que la reestructuración sanitaria que se tenía planteada gustaba a nivel ejecutivo, pero denuncia que se veía desde un punto de vista electoralista. "Me han llegado a decir que teníamos un plan maravilloso pero que no lo íbamos a hacer porque eso costaba votos", afirma.

Incapacidad de convencer en los cambios

Casado siempre ha sido una médica que ha apostado por reorganizar, y también asegura buscar una equidad en el sistema sanitario ante la creencia de que el grande se come al pequeño, y de que precisamente las zonas rurales o los pequeños hospitales están relegados a un continuo segundo o incluso tercer plano. "Yo quería luchar contra la realidad. Que de alguna manera el sistema sea más equitativo, que tengas más opciones. Hay tres claves para tener equidad; accesibilidad financiera -que aquí la tenemos-, pero lo que hay que blindar es la accesbilidad geográfica y la organizativa, son claves. Los grandes de la privada hacen anuncios por ejemplo de ver a un médico a través de una pantalla. La telemedicina tiene que utilizarse, que esté esa relación médico-paciente. Es un valor que hay que defender con capa y espada. El que no me hayan escuchado o no, yo creo que cuando me he reunido con la gente y me han apoyado han sido muchos, pero eso no ha tenido repercusión", dice.

Una comunidad de difícil cobertura

La situación nombrada es un problema endémico, sobre todo en servicios hospitalarios de especialidades donde la falta de un profesional descuadra por completo el servicio. En ello, explica Casado que "Aranda, por los criterios, no salía como una difícil cobertura, y Aranda lo es, como también Toro o Benavente". "Tenemos unos hospitales grandes y otros pequeños, mantener uno pequeño siempre es más difícil porque te falta una persona y en un sitio te supone el 20% y en otro el 50%. Una de las cosas que yo quería era trabajar en red; funcionó bien. Burgos ayudó a Aranda, pero es que Aranda ayudó a Burgos, cogiendo aquellas cirugías que se podían hacer y se hacen de manera cotidiana, y ayudar al hospital de Burgos. Trabajar en definitiva todos juntos... Pero sí, la difícil cobertura es generalizada", aclara, en una entrevista en la que se extrae la sensación agridulce de la ex consejera de haberse quedado a mitad de camino, con muchos proyectos por hacer.

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De hecho, se sincera contando que tenía su intención de empezar a demostrar ante la resistencia natural al cambio de que "lo que venía no era peor". "Cuando cualquiera hace un cambio hay un rechazo, y yo lo que quería era empezar a demostrar que eso no es verdad. Esos colectivos sociales cuando hablas con ellos están de acuerdo en que tengo razón, pero surge el miedo, los eslóganes, la demagogia... Lanzar un mensaje de medio es fácil, pero deconstruir eso es difícil y solo se hace desde la realidad de que esto que queremos hacer vale. Pero no hemos tenido tiempo para ello. Las plataformas de pacientes nos apoyaban de forma incondicional, que hasta les habíamos copiado, y es que estábamos en la misma línea. Pero tiene que verse que lo que queremos hacer no es malo, todo lo contrario", sentencia.