'El hombre que pudo reinar, por Pepe Belmonte

Murcia

Entre los últimos coletazos de las navidades, los Reyes Magos, que ya no son lo que eran, y el crecimiento exponencial, desorbitado, de los positivos por la Covid en la Región de Murcia, la noticia ha pasado prácticamente inadvertida.

Lo cierto es que el juez encargado del caso ha archivado la causa contra Diego Conesa por la multa que, supuestamente, no tramitó contra un concejal de Izquierda Unida cuando era alcalde de Alhama.

Hasta ahí, todo en orden.

Lo que ha estropeado un tanto la noticia ha sido el hecho de que el ex secretario general del PSOE haya salido de inmediato a las Redes Sociales para dejar bien claro el daño que se le ha hecho –la conocida “pena del telediario”–, subrayando que ha sido el primer diputado en renunciar a su aforamiento, con el fin de no contar con ningún tipo de privilegio. No son modos, a mi parecer, de manifestarse, con tanto ímpetu, en defensa propia.

Un hecho que evidencia, una vez más, su pertinaz ingenuidad, sus pocas tablas y escasa capacidad para poder encajar en un sistema político en el que, al menos en la Región de Murcia, el hombre es lobo para el hombre. Donde nadie regala nada y se reparten tortas –por no decir otra cosa que suena más fea– como panes. Una especie de mercado persa en donde se compran y se venden, al peso, voluntades.

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No obstante y a pesar de todo, a Diego Conesa nadie le va a quitar el enorme mérito de haber sido el hombre que pudo reinar, la persona a la que le cabe el honor de haber derrotado, limpiamente, en las urnas, después de décadas, a un PP que, como los emperadores de Roma, empieza a creerse inmortal.

Pepe Belmonte