Tiempo de persuadir
La Firma de Tomás Martín

"Tiempo de persuadir", la Firma de Tomás Martín
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Palencia
Persuadir es un verbo que no deja lugar a dudas. La Real Academia Española de la Lengua lo define así: «inducir, mover, obligar a alguien con razones a creer o hacer algo» Pues eso, razones, es lo que necesitamos para, primero, confiar en las reiteradas promesas electorales que nos llegarán, y después sentirnos «obligados» a hacer algo: no otra cosa que enfilar con decisión y convencimiento el camino hacia las urnas el próximo 13 de febrero para ejercer el derecho al voto.
No corren buenos tiempos para el debate político, crispado como anda el personal de norte a sur y de este a oeste, islas incluidas; tampoco los ánimos y el momento son los más adecuados para soportar mítines cargados de buenos propósitos, que, parafraseando a Jorge Manrique, suelen ser ríos que van a dar al mar del incumplimiento. No, no corren buenos tiempos, pero el señor Fernández Mañueco, haciendo uso de las facultades que le confieren las leyes, ha decidido que pasemos por las urnas.
Observando el panorama electoral palentino, mucho tendrán que esforzarse los candidatos en persuadirnos para contrarrestar el contundente mensaje que el Instituto Nacional de Estadística nos lanza día sí y día también advirtiéndonos de la pertinaz decadencia. ¿Qué queda por prometernos? ¿Más planes para luchar contra la despoblación? ¿Un milagro que evite el éxodo juvenil y el paro femenino? ¿El, esta vez sí, nuevo hospital? ¿Tranquilidad para el Cerrato, la Vega, la Valdavia y la Montaña pues no solo habrá un Plan de Industrialización para Tierra de Campos? ¿Centros de Atención Primaria y otros servicios públicos de calidad en el medio rural?
Todos estos interrogantes —y otros sin resolver desde hace muchísimos años— me traen a la memoria el poema Sé todos los cuentos, del zamorano León Felipe, que espero y deseo quede en eso, en un poema fruto de un tiempo y de unas circunstancias: «Yo no sé muchas cosas, es verdad. / Digo tan sólo lo que he visto. / Y he visto: / que la cuna del hombre la mecen con cuentos, / que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos, / que el llanto del hombre lo taponan con cuentos, / que los huesos del hombre los entierran con cuentos, / y que el miedo del hombre... / ha inventado todos los cuentos. / Yo no sé muchas cosas, es verdad, / pero me han dormido con todos los cuentos... / y sé todos los cuentos».
Un ruego: filtren las promesas y hasta los cuentos, pásenlos por el tamiz de la reflexión y de la memoria, no se abstengan y acudan a las urnas, aunque voten en blanco si ninguna opción política los satisface.
Saludos, feliz semana y mucho ánimo. En un mes habrá pasado el tiempo de persuadir.




