Pandemia y endemia

León

Mientras las autoridades competentes silban y miran al tendido, la sexta ola está dejando la playa legionaria hecha unos zorros: 14 000 positivos navideños con los centros de salud desbordaos y las UCIS petadas, a la espera de que el temporal amaine y las elecciones del 13 F nos traigan la gloria de un nuevo Ayuso. Lo llaman pandemia.

No confundir con el mal endémico, cuyo mejor ejemplo que por estos lares es ese gobierno del PP que lleva, abróchense los cinturones, 35 años a los mandos. Aunque nadie lo diría a la vista de ese Mañuequis Corazón de Ratón en plena cruzada contra el sanchismo y los garzones.

Han sido 35 años de corrupción, mentiras y miseria, que se sostienen sobre un electorado masoquista y envejecido que aplaude con entusiasmo incomprensible cada 4 años la condena de una tierra olvidada.

Sólo aquí, en el páramo cazurro, las cifras señalan un precipicio estupendo. Hemos perdido 50.000 habitantes desde que estos prendas nos gobiernan. Será cosa del gobierno social-comunista y de los enemigos de España.

Para muchos legionarios, la única esperanza para acabar con esta calamidad, es un leonesismo honesto y con capacidad para cambiar a los mandarines eternos del engendro, pero las cuitas internas en el Frente de Liberación de Judea y una falta de ambición incomprensible parecen condenarlo a una representación ornamental de nuevo.

Mientras tanto, los papeles dicen que León pierde cada año 1000 millones de euros en esta nuestra comunidad, pero mienten porque tendrían que decir que nos los roban.