El Síndrome del delantero congelado
El Celta no es capaz de encontrar gol en los mercados de invierno
Vigo
El mercado de invierno puede convertirse en el mercado de infierno si tu intención es comprar gol. Lo buscan muchos equipos, entre ellos el Celta, pero otra cosa es que den con la tecla correcta. Si la búsqueda es a la desesperada, con un presupuesto limitado o muy limitado y casi sobre la bocina, hay muchas papeletas para que puedas sufrir en tus propias carnes el “Síndrome del delantero congelado”. Ese delantero que estaba guardado en un arcón congelador, que prácticamente llevaba meses sin ser usado; algunos a punto de llegar a la fecha de caducidad y otros depreciados porque ya son un producto con poco mercado. Producto además exportados, de mercados alternativos para abaratar costes y que, después de un largo proceso de descongelación, todavía tiene que pasar otro proceso de adaptación para poder ser cocinado y servido en mesa. Además hay que ver si su sabor y sus cualidades pueden perdurar después de tanto tiempo congelado y de su proceso de descongelación.
El Chacho Coudet quiere otro nueve para su plantilla. Sigue viendo muy arriesgado, por ejemplo, salir con Mina y Galhardo juntos porque se queda sin recursos ofensivos arriba. Además Thiago Galhardo, cuyas prestaciones han crecido a medida que pasan los partidos, cerró la primera vuelta con 0 goles y 1 asistencia. La asistencia de gol la dio en la victoria del Celta en Getafe 0-3. Es cierto que solamente disputó 462 minutos en los 13 partidos en los que tuvo algo de participación en Liga. Desgraciadamente para el brasileño, en el mejor momento de forma, le llegó una inoportuna lesión que le ha hecho perderse tres de los últimos cuatro partidos de Liga.
Coudet quiere otro delantero para una mayor rotación arriba y que se complemente con Aspas, Mina y Galhardo. Quiere más competencia que le permita seguir presionando a un ritmo alto en las segundas partes y poder tener más gol. Pero encontrar un delantero en el mercado de invierno no ha sido, en los últimos años, tarea fácil para el Celta. Y eso que lo intentó en bastantes ocasiones. Facu Ferreyra, Smolov, Lucas Boyé, Beauvue, Welliton Silva y Papadopoulos fueron algunos intentos invernales en la última década.
Salvo por Beauvue por el que se pagaron casi 6 millones de euros o por Smolov cuya parte de la ficha que tuvo que asumir el Celta era considerable, el resto fueron oportunidades de mercado. Una gama de jugadores inactivos, casi sin minutos, descartes o transferibles con problemas de encaje. Casi como en la canción de Sabina de Rebajas de enero: “huyendo del frío busqué en las rebajas de enero/ y hallé una morena bajita que no estaba mal”.
El Facu Ferreyra llevaba casi dos años sin tener continuidad. Llegó del Benfica libre y debutó marcando a los 10 minutos de salir en el Wanda Metropolitano. A partir de ahí nada más. Solamente 2 partidos con más de 65 minutos disputados. En los últimos 6 partidos de Liga no fue convocado en 2, fue suplente sin jugar en otros 2, y disputó 5 minutos contra Levante y Real Sociedad. En total 1 gol en 13 partidos y solamente 293 minutos.
La temporada anterior Fedor Smolov fue una apuesta importante del club. Internacional por Rusia y titular en el Lokomotiv de Moscú. Llegó al Celta y sí fue el delantero que más jugó y que más condiciones mostró para poder ser titular. Le marcó al Real Madrid en el Bernabéu (2-2) y le marcó al Barcelona en Balaídos (2-2). En 14 partidos anotó esos 2 goles y disputó 748 minutos. Por desgracia se perdió los últimos 4 partidos de Liga por problemas en el pubis.
El actual delantero del Elche, Lucas Boyé, fue la apuesta de invierno de la temporada 18-19. Llegó con apenas 21 años y con 141 minutos disputados con el Torino en la primera vuelta de la Serie A de aquel año. En el Celta tampoco tuvo suerte y solamente disputó 266 minutos en 13 partidos. Su balance fue de 0 goles y 0 asistencias.
En enero del 2016, el Celta fichó a Claudio Beavue del Lyon pagando 5,5 millones de euros. Llegaba después de haber jugado 29 partidos en la primera vuelta con 8 goles y 3 asistencias. Beauvue disputó 19 de Liga, 6 de Champions, 2 de Copa de la Liga y 1 de Copa de Francia. En el Celta no corrió la misma suerte. Le marcó 1 gol al Sevilla a principios de febrero, pero en marzo tuvo la mala suerte de la grave lesión del tendón de Aquiles. En total de esa media temporada: 10 partidos, 504 minutos y 1 gol marcado.
La opción más curiosa del Celta fue la apuesta por Welliton Silva en la temporada 13-14. Una alternativa arriesgada porque el díscolo delantero brasileño purgaba su anarquía en Rusia. No exento de talento, llegó a Vigo del Spartak de Moscú fuera de forma y sin demasiadas ganas de agradar a Luís Enrique. Antes de cerrar el plazo de fichajes, el Celta sorprendía a todos anunciando su inesperada cesión. El técnico asturiano no aceptó esta opción y solamente disputó 4 minutos en 1 partido. Las primeras jornadas no lo convocó porque llegó fuera de forma, después lo llevó de suplente en un par de choques hasta que le dio la oportunidad. Un acto de indisciplina nocturno fue la gota que colmó el vaso. Luís Enrique dejó claro que no volvería a ir convocado y así fue: los últimos 11 partidos se quedó en la grada.
La anterior prueba del Celta fue en Segunda División. Llegaba en el mercado de enero de 2010 un campeón de Europa para reforzar la delantera: Papadopoulos. La cosa no salió bien. Pese a jugar 928 minutos, su estadística lo dice todo: 0 goles y 0 asistencias.
El balance de la suma de la ecuación Ferreyra+Smolov+Lucas Boyé+Beauvue+Welliton+Papadopoulos= 4 goles. Si el Celta busca un nueve en el mercado de invierno para esta temporada, esperemos que tengan más puntería tanto en la secretaría técnica como el propio delantero en el césped. El Síndrome del delantero congelado está muy presente. Esperemos que el Celta sea capaz de romper la cadena de frío.