Las discotecas del Front Marítim de Barcelona se saltan el cierre aprovechando licencias de restauración
Cientos de jóvenes, la imensa mayoría estranjeros, salen de fiesta hasta la 1h, cuando comienza el toque de queda
La patronal del ocio nocturno cierra filas: "no actúan como discotecas, sino como restaurantes"
Barcelona
Apenas una veintena de escalones separan la entrada, en la calle, del interior de la discoteca Opium, delante de la playa de Barcelona. 20 escalones que suponen una ventana al pasado o un pulso clandestino a las normas y restricciones impuestas por el Govern para aplacar la ola de contagios que puede poner en jaque a la sanidad pública. Cientos de jóvenes, casi su totalidad extranjeros, bailan en la pista, frente a un escenario donde el DJ pincha hits hasta 15 minutos antes de la 1h de la madrugada, cuando se abren las luces y todo el mundo tiene que volver a casa. La escena es idéntica en otros locales del Front Marítim: Pachá, Shoko o el Bestial Beach, aunque tanto desde la patronal como desde la propiedad de algunos locales, niegan que funcionen como "discoteca".
Fuera, en la puerta, una carta anuncia hamburguesas, bravas, ensaladas o tacos. "Si vienes a las 20h puedes comer algo", comenta un relaciones públicas, que intenta seducir algunos grupos para acceder al VIP de la larguísima cola para entrar. "Hay mucha gente dentro", reconoce el promotor, que concluye: "esto es una discoteca, aunque con las normas del Covid: a la 1h todo el mundo a su casa". En la entrada, todos deben mostrar el pasaporte Covid y, en algunos locales, hasta el DNI. "La entrada son 20 euros con una consumición", exigen en Opium.
Mientras en la planta baja cientos de jóvenes bailan y gritan, apelotonados en la pista de baile, en la calle pasan algunas patrullas de Mossos y Guardia urbana, que ni se inmutan ante el gentío. Tienen órdenes de ser pedagógicos, admiten algunos agentes que prefieren permanecer en el anonimato. Esperan que antes de las 2h de la madrugada el gentío vaya desapareciendo sin armar demasiado alboroto.
Pasa media hora del toque de queda cuando algunos jóvenes, borrachos, se amontonan en la calle buscando dónde seguir con la fiesta. Las multas no son una opción. "Es inútil, son extranjeros y las sanciones no les llegarían", lamenta un policía. La mayoría son estudiantes de intercambio de Estados Unidos, Francia o Holanda aunque también hay turistas que vienen en busca de fiesta. "En Holanda no podemos salir a ningún sitio, aquí, en cambio, podemos ir de fiesta y bailar lo que queramos. Es fantástico", explica Anne, una jóven de 18 años que sale junto a una amiga de 16 años de Ópium.
Consultados por esta redacción, fuentes del Grupo Costa Este, propietario de Pachá y Opium, niegan la mayor. El grupo asegura cumplir al pie de la letra las medidas Covid. "Damos un servicio solo de restaurante. La gente se saca la mascarilla cuando está en la mesa para beber su bebida y se la pone para circular por la sala", aseguran fuentes de Costa Este, pese a las imágenes captadas por SER Catalunya el fin de semana en algunos de sus locales.
La patronal del ocio nocturno también cierra filas. "Estos locales tienen doble licencia, pero ahora no hacen de discoteca sino que son solo bar-restaurante", asegura a SER Catalunya Joaquim Boadas, secretario general de FECASARM. Boadas añade: "es imposible impedir que un cliente se levante porque no podemos tener una persona de control por cada cliente, ni pedir a todo el mundo que lleve mascarilla todo el rato, aunque se intenta". Lo cierto es que en algunos de estos locales ni siquiera buena parte de los empleados llevan mascarilla.
El Ayuntamiento de Barcelona asegura a SER Catalunya que los inspectores del distrito y la Guardia Urbana han ido realizando inspecciones periódicas en estas discotecas. Tras detectar mucha presencia de gente, este fin de semana los agentes volvieron a inspeccionarlos, pero no detectaron ningún incumplimiento. Fuentes municipales consultadas admiten que no pueden permanecer 24 horas controlándolos y que tampoco tienen capacidad de desalojar estos locales. El consistorio, que seguirá con las inspecciones, hace un llamamiento a la responsabilidad de los clientes y sobre todo de los propietarios de los locales.
El Departament de Salut, encargado de las sanciones, pasa la pelota a Interior, responsable del dispositivo. Desde Interior, aseguran que los Mossos realizan labores de prevención e información. Desde la entrada en vigor del Pasaporte Covid y del toque de queda, aseguran que iniciaron una campaña informativa, interviniendo bajo demanda, que acabó este domingo, y de la que todavía no disponen de datos.
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