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Palabras huecas

Opinión de Ángel Martínez en 'La Firma'

Palabras huecas

Palabras huecas

03:23

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Aranda de Duero

Nunca había tenido en mi círculo lingüístico tantas palabras huecas. Huecas porque ya no sé lo que significan, se han convertido en significantes con un significado confuso, desnaturalizado e incluso muerto. Generosidad, Verdad, Sinceridad y la última, Magnanimidad.

Siempre hemos utilizado más estas palabras en su categoría adjetiva y por lo tanto mediatizados por el sustantivo al que acompañaban y así hablábamos de persona generosa, argumento verdadero, sentimientos sinceros, gobernante magnánimo.

Pero de golpe, en los últimos tiempos, estos y otros conceptos han adquirido un tono de grandiosidad auditiva, manoseados hasta la saciedad por todo bicho viviente y se han adulterado hasta prostituirse, perdiendo el sentido original.

Y la palabra generosidad sirve para indicar el nivel personal de alguien que deja el cargo para irse a otro de más nivel y mejor retribuido.

Y el término verdad se pierde entre verdades a medias y giros confusos, “lo digo de verdad”, “es la verdad”, o expresiones que ponen en duda, de tanto apostillarlo, la veracidad del discurso.

Y qué decir del sustantivo sinceridad o el adverbio modal “sinceramente”, “con sinceridad”, e igual que el anterior, pone en entredicho la intención de lo dicho.

Y ahora aparece magnanimidad, que para no equivocarme, lo he mirado en el diccionario. Se habla de benevolencia, clemencia, grandeza de ánimo...

Ha utilizado este término Pedro Sánchez y después Ayuso  y se han quedado tan conformes. En estos ambientes “mitineros” si incorporamos este repertorio de palabras tan sagradas, perderán su significado, se debilitarán sus sentidos profundos y habremos vaciado de contenido y llevado a la vacuidad su legado profundo.

No dejemos que nos deterioren lo poco grande que nos queda: la palabra. Las palabras que aún significan, que aún transmiten y que aún podemos mantener al margen de la corrupción conceptual que provoca la falta de escrúpulos,  para utilizar hasta el lenguaje en beneficio propio o de la causa. Un saludo, de verdad.

 
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