"Es normal decir que no ha sido gol, porque no había sido gol"

Logroño

Pixu es una jugadora del SE AEM, equipo catalán que milita en la Liga Reto Iberdrola, que es la segunda división del fútbol femenino. Y ayer demostró que el fútbol les pertenece también a todas aquellas personas cuyos principios son la honestidad, la profesionalidad, la empatía, la deportividad... Pertenece también a las buenas personas, que son mayoría, pero sus actos no lucen tanto. En un fin de semana de un derbi sevillano lamentable, no solo porque un aficionado bético demostró ser un auténtico imbécil para cargarse un gran partido, si no también porque algunos futbolistas, Lopetegui... no supieron estar a la altura de este deporte tan maravilloso. Ensuciaron el nombre de un deporte al que le ha sacado brillo Pixu, una jugadora de Segunda que ha protagonizado un ejemplo de deportividad: al decirle a la colegiada que debía anular un gol porque había entrado por el lateral de la red, que no estaba bien anclada al suelo. Fue honesta, fue empática con las protestas del equipo riojano, fue solidaria con sus compañeras del DUX Logroño, fue una deportista en mayúsculas... Y eso queda más allá de una victoria o de una derrota.

Era un duelo importante para seguir optando en la Liga Reto Iberdrola por el ascenso a Primera división. Se esperaba que fuea lo que fue, un partido duro, igualado, dos buenos rivales peleando por un mismo objetivo. Y en un fin de semana en el que hemos visto lo peor del fútbol, este mismo deporte nos deja lo mejor. Jugada del SE AEM. Disparo de libre directo que acaba dentro de la portería riojana. La colegiada del partido pita gol para las locales, que lo celebran. Las riojanas protestan, protestan con enfado porque han visto claro que la pelota ha entrado por el lateral de la red. Héctor Blanco, técnico del DUX, entra al terreno de juego para dejar constancia de que la pelota ha entrado por fuera de la red para acabar dentro de la portería riojana. El gol sube al marcador, hasta que la capitana del SE AEM, Pixu, se dirige a la colegiada y habla con ella. Y surge una historia de  máxima deportividad, para hacer las paces con el fútbol, porque a veces no todo vale para ganar un partido, hay comportamientos que están por encima de un resultado.