Queda pendiente la crisis social

Alicante

Ayer Cáritas dio a conocer los datos de un informe de la Fundación FOESSA, que pone de manifiesto cómo la desigualdad crece alarmantemente en nuestras ciudades. Alicante es un claro ejemplo. La gestión de la crisis de 2008 ya provocó un notable incremento de la desigualdad y de la pobreza; ahora el virus las ha cronificado.

Las brechas aumentan: la de género, la generacional, la digital... Se afirma que en nuestro país hay un mayor número de empleados que antes del inicio de la pandemia, pero por lo visto, muchos son trabajadores pobres que no llegan a fin de mes. El Ingreso Mínimo Vital, afirman los expertos, tiene una cobertura insuficiente y no atiende las necesidades de las familias más vulnerables.

La pandemia tiene consecuencias de calado. La crisis sanitaria se va resolviendo con vacunas y con los futuros tratamientos antivirales; la crisis emocional sigue latente; pero, queda pendiente la crisis social que agudiza la inequidad. Y de cómo evolucione o de cómo se solucione, dependerá que nuestra sociedad sea más o menos funcional.

No sé si esto preocupa mucho -o más bien no- a nuestra concejala de Servicios Sociales ya que en esta ciudad llueve sobre mojado.