El viaje gaditano de Tres chicos buenos
Pablo Wessling ambienta en la costa de Cádiz su primera novela
Entrevista a Pablo Wessling
12:48
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Cádiz
Tristán, Guille y Luis, veinteañeros con una vida adulta pendiente de consolidar, compartieron cuando eran más jóvenes algunos de los momentos más intensos y felices en un trabajo común en una heladería. Quizá no lo fueron tanto, pero Tristán, que tiene ante un sí un panorama familiar desolador, busca en el rencuentro con estos dos amigos una especie de catarsis antes de enfrentarse a la dura realidad. Por eso, emprende con los dos un viaje desde Barcelona. Primero piensan en ir a Benidorm, "un lugar al que ir al menos una vez en la vida". Aunque la aventura termina en la costa de Cádiz, frente al Faro de Trafalgar, un refugio permanente en la Historia al que se puede y se debe regresar siempre que se pueda.
Esta es la historia de "Tres chicos buenos", la novela con la que Pablo Wessling ha debutado en el género. Wessling había centrado su carrera profesional, hasta ahora, en la televisión, donde se ha especializado en la búsqueda del talento para concursos de televisión como el programa Boom!, o las más recientes ediciones de Operación Triunfo. En su haber está el haber colocado las primeras pegatinas que permitieron participar a artistas tan célebres como Aitana o Amaia. Descubrir talento es, de por sí, un talento.
Wessling cuenta que fue su madre, y también algunos amigos, los que le animaron a escribir. Y para su inspiración tuvo una provincia que conocía desde niño, cuando iba a veranear a Valdelagrana. Siempre la ha visto como un paraíso. Y en ese paraíso ha construido una trama que habla de la importancia de la amistad, de los límites entre la amistad y el amor, de saborear los momentos felices de la vida, de las amenazas inmobiliarias que pesan sobre los entornos naturales, y de la libertad que da la juventud frente a la responsabilidad de hacerse mayores.
Es un libro luminoso como las playas en las que se bañan los protagonistas, en el que su autor ha decidido que sus personajes amen, hablen y sientan sin prejuicios, complejos, ni autorreflexiones. Es un pretendido y buscado mundo ideal donde estos tres amigos gais exhiben su libertad amorosa, como debería ser, sin que nadie les juzgue o cuestione. Por eso, a pesar de las angustias que pasan algunos de sus personajes para conocer la verdad de la familia de uno de ellos, es una novela que termina inspirando una relajante sensación de felicidad, como los atardeceres en Trafalgar.
Wessling es una narrador ágil, que logra personajes fácilmente reconocibles e identificables, con unos diálogos naturales, que convierten al lector en uno más de los ocupantes de esa furgoneta. Deja el poso de la tierra que recorre en este viaje literario. El agradable recuerdo de un atardecer frente a la playa, el viento sobre las olas, una toalla sobre la arena... un lugar al que querer volver.
Pedro Espinosa
En Radio Cádiz desde 2001. Director de contenidos de la veterana emisora gaditana. Autor del podcast...