Sociedad

"Sabía que lo estaba haciendo mal pero no podía ni quería parar de jugar"

Daniel nos cuenta cómo, con mucha valentía y el apoyo de sus padres, ha podido superar la ludopatía

"Sabía que estaba haciendo mal pero no podía ni quería parar de jugar"

"Sabía que estaba haciendo mal pero no podía ni quería parar de jugar"

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Logroño

La adicción de Daniel comenzó a los 17 años, en un acto que define como "una tontería". Una noche de fiesta, el aforo de la discoteca a la que querían entrar estaba completo y decide gastarse el dinero de esa entrada en un salón de juegos que estaba al lado. "Esta primera vez es la que te enganchas, ganas dinero y dices, esto es una mina de oro".

Así comenzaron "diez años de devastación, lo peor que me ha pasado en la vida", cuenta este joven en Hoy por Hoy La Rioja. Tras este primer acercamiento, "empecé los fines de semana con la paga de los padres, con 2, 3, 10 euros y luego se te hace poco y vas jugando más". Después, con la primera nómina, el dinero que invertía también era mayor y "nunca ganaba nada, porque realmente lo que pierdes nunca lo dices", explica.

Es la verdadera dimensión de un problema que afecta cada día a más personas en este país. En su casa no se dieron cuenta hasta años después. "Comía poco, mentía, estaba arisco y se le notaba que no estaba bien", cuenta Carlos, su padre, que "al cabo de 5 años se nos vino el mundo encima". 

Para Daniel entrar en el salón de juegos era su forma de evadir problemas "Sabía que estaba haciendo mal pero no podía ni quería parar".  Explica que "mientras estaba jugando se me olvidaban los problemas y salía del salón y todo era aún peor".

Primero comenzó con la ruleta y después llegó el juego online, con el móvil, las apuestas deportivas y dice que desde que empezó. "no tuve ningún impedimento para nada, para jugar en las tragaperras de los bares o en los salones de juego". 

Una adicción con la que tocó fondo. "Estuve pensando en quitarme la vida, de hecho estaba en el borde de una ventana", pero cuenta que con la ayuda de un amigo no lo hizo. Así define cómo su adicción le llevó a esta punto y que gracias a la pareja con la que estaba entonces, que "miró la cuenta bancaria y se dio cuenta de todo", pudo empezar a reconstruirse.

El apoyo incondicional de su familia

La pareja de Daniel se lo contó a sus padres y su apoyo incondicional fue determinante para salir de esta adicción. "Se nos vino el mundo encima, no le reñimos, le apoyamos y hasta ahora". Explica Carlos, su padre, que "no se le puede reñir porque la ludopatía es una enfermedad".

A partir de ahí, se acercaron a la Asociación Riojana de Jugadores de Azar, ARJA, a la que agradecen su ayuda y sobre todo el de la psicóloga Concha Santo Tomás, donde "nos atendieron y nos ayudaron tanto a él como a nosotros, sus padres".

"No sabes la magnitud de este problema hasta que lo ves en primera persona", dice Carlos. Las deudas eran de 40, 50 u 80.000 euros, "no hay límite".

"Lo más importante es que él quería dejarlo", explica Carlos. que hubo recaídas y que en estas etapas de desenganche, sentía "liberación" a pesar de la tentación, cuenta Daniel.

"Pasas de jugarte 2.000 euros a nada. Los comienzos son duros, por las normas que tienes que asumir, solo puedes llevar 3 euros en el bolsillo cuando yo estaba acostumbrado a llevar 100 euros o 200, tienes que llevar los tickets en tu casa de tus gastos". Los años van pasando y "poco poco, te vas dando cuenta de que por fin estoy fuera de este mundo", dice Daniel antes de remarcar que "a mi familia les debo la vida".

 
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