Gema Varona: "Hay víctimas en un estado de salud muy precario y que van a morir sin escuchar una respuesta a su petición de hablar con las instituciones"

Bilbao

Gema Varona hace un balance "muy positivo" de este Simposio Internacional que se retrasó un año por la pandemia y que ha conseguido en Euskadi que personas del mundo de la investigación, víctimas y profesionales contacten "y conecten" para poder responder mejor. Reconoce la riqueza de este encuentro, que en tres años se celebrará en la India, y en el que se han dado conferencias y debates muy interesantes. Varona nos destaca, por ejemplo, los mantenidos en torno al concepto de "víctima vulnerable", por ejemplo, que a veces se trata de una manera paternalista o incluso puede crear jerarquías de víctimas y medidas de prevención. Destaca, también, la victimización medioambiental que a veces no llega a una sentencia condenatoria y que es la gran amenaza de nuestro tiempo. Es un daño diferente, dice, donde entra el concepto de riesgo y donde puede haber victimizaciones causadas por empresas "y sin embargo no hay tanto trabajo realizado".

Entre las conferencias realizadas, diversos debates sobre los abusos sexuales en la Iglesia, cuya investigación Gema Varona conoce de primera mano. Le preguntamos sobre las posibilidades de la Justicia Restaurativa que, considera, "se dará" y es muy necesaria porque permitirá, de alguna forma, enfrentarse a esos abusos para "en una alquimia difícil de comprender trasformar eso en algo preventivo". No es el camino más fácil, mantiene, ni el más rápido, pero abre las puertas a una conversación reparadora, según Varona, y es necesario, además, para hablar de la vergüenza en la Institución, que no supo responder y causó una victimización secundaria. Para que haya Justicia Restaurativa, dice, tiene que haber conocimiento y reconocimiento "y eso todavía en nuestro país no existe". La desigualdad es total, mantiene Varona, en función del lugar donde te encuentres, de la Orden religiosa o de la Diócesis donde se hayan producido los abusos. Una injusticia en la que personas como ella trabajan.

Admite que "nunca vamos a poder poner el número de todos los abusos" porque va a haber víctimas, las hay ya, que ya no están, al igual que hay otras que se están yendo y que, por sufrir esos abusos, están en condiciones muy precarias y van a morir sin tener una respuesta de las Instituciones. Algo muy grave que debe tenerse en cuenta, mantiene. Es consciente, por ello, de que "llegaremos a una verdad limitada" pero es importante poner cara a las personas que han sufrido, es necesario explicar los contextos que favorecieron su sufrimiento "porque no será posible prevenir y eso es también una forma de reparación", concluye.